Fútbol

Cuando fuimos Campeones

Mucha gente piensa que el fútbol es un juego a vida o muerte, pero es mucho más importante que eso. William Shankly. Entrenador de fútbol inglés.

Hola qué tal, cómo estás. Antes que nada, de corazón, gracias por pasarte por aquí. Como me recordó mi amigo Silvio Gabis, si acordamos que, tal y como dice el tango, veinte años no es nada … convendremos también en que diez años es la mitad de nada. Pero en este caso resulta que esa nada es el logro más importante del fútbol español en toda su historia. Y aquí vengo yo no solo a recordártelo sino a contarte con la ayuda de unos amigos cómo lo vivimos y qué nos pasó ……

Cuando fuimos Campeones (del mundo, claro)

Recuerdo que el día se hizo muy largo porque a las 12 de la mañana ya estaban la casa recogida (hasta mis hijas habían colocado su habitación), las lavadoras tendidas, la comida hecha, las camisetas y las bufandas (sí, bufandas a 40 grados, qué le vamos a hacer) colocadas encima de la cama y las cervezas, el agua y los refrescos a buen recaudo en la nevera. A esa hora Gonzalo se levantaba después de una noche de parranda sin saber que iba a repetir la fiesta esa misma noche.

El día que fuimos campeones, pusimos todos nuestros buenos deseos en manos de esta pandilla.

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El día que fuimos Campeones, después de comer, y mientras María Santos regresaba de alguna parte de Europa; recuerdo que para no perder la costumbre me eché la siesta y que no duré dormido más de quince segundos. En días como así, en la previa, me imagino parando, cortando jugadas, construyendo pases y metiendo goles … mientras millones de pequeños pinchazos recorren mi cuerpo levantando el vello a su paso. En algún sito he leído que el cuerpo humano es un excelente conductor de la electricidad … en mi caso, podría decir que además es un gran acumulador de ella, y es esa electricidad la que no me deja dormir. Por eso el tiempo que pasó hasta que saltaron los equipos al campo se me hizo eterno. A las 20:25 sonó el himno holandés y a las 20:26 el español. A las 20:30, cuando comenzó el partido, abrí la primera cerveza. Es un ritual que suelo seguir sobre todo en los partidos importantes: el pitido inicial no solo sirve para dar comienzo al partido sino también para abrir la primera bebida.

 A esa misma hora, mi amiga M. José se sentaba en una mesa del Bar Marengo de Madrid dispuesta a sufrir, mientras a su lado se sentaba el gran Brabender. Quién le iba a decir a ella que ya tendría anécdota para contar. También a esa misma hora mi también amiga María sonrisalinda Casasola se enfundaba su camiseta y se sentaba delante del televisor.

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No deja de ser curioso darse cuenta de lo muchísimo que mueve el fútbol; te puede gustar más o menos, amarlo u odiarlo, pero lo que tengo claro es que no deja indiferente a nadie llegando incluso en determinadas ocasiones a enganchar a aquellos que, como buen amigo Luis Gómez, no tienen normalmente el más mínimo interés en ello.

El día que fuimos Campeones, mientras Nuria intentaba aprender el nombre de esas extrañas trompetas que no paraban de sonar, nos dieron ostias hasta en el carnet de identidad alcanzando su zenit a las 20:58 cuando el animal ese del que usted me habla le soltó una coz en el pecho al bueno de Xabi Alonso. Entonces me levanté del sofá y me fui directamente hacia la televisión. Yo soy de los que le gritan a la tele con el absoluto convencimiento de que los jugadores me escuchan y, claro, esta no me iba a quedar con las ganas de decirle cuatro lindezas al ya citado acémila.

A las 21:18 horas del día que fuimos Campeones, el día en que Jon asustaba a los perros, llegó el descanso. Te lo confieso: entre los calores de julio, el nerviosismo, el levántate y cágate en tó, el siéntate que no veo, los viajes a la nevera y los paseos por la terraza cada vez que la mala leche me dominaba … acabé reventao. De tal forma que, cuando parecía que me estaba recuperando, zas … comenzó la segunda parte. Eran las 21:32 horas.

Transcurría la segunda parte del partido que nos hizo Campeones entre los te arranco la pierna, te piso el tobillo, te doblo la rodilla y te parto la cabeza de los holandeses y mis ya habituales tira, pasa, centra, aguanta, hijo de tal, me cago en tu estampa, pero estás ciego … que pronto terminaron cuajando entre el resto de la familia.

Hasta que llegaron las 21:49 horas y ocurrió esto … y, literalmente, se paró el mundo:

Bueno, realmente no sé si se paró el mundo entero … pero sí sé que se paró el mío. Por cosas como esta es por lo que puedo decir sin temor a equivocarme que Iker Casillas ha sido el mejor portero que he visto en mis 52 años y, posiblemente, el mejor que veré en todos los años que aún me queden.

Y así entre ocasiones de unos y otros, entre la desesperación de Iniesta (me preguntaba y me sigo preguntando cómo es posible que este hombre aguantara tanto), la mía propia y el segundo milagro nuestro de cada día protagonizado por Iker; llegamos a las 22:17 horas: final del tiempo reglamentario, cuatro instrucciones, unos estiramientos y unas cuentas botellas de agua y a seguir: eran las 22:27 horas y comenzaba la prórroga.

Los primeros 90 minutos son los más importantes. Bobby Robson, exfutbolista inglés.

A las 22:38 la tuvo Navas, a las 22:41 Cesc y a las 22:42 se acabo la primera parte de la prórroga. Un minuto de ná para cambiar de campo, aprovechar para cambiarle las pilas al marcapasos y a las 22:43 ya estábamos en liza otra vez.

Y entonces, a las 22:54 horas del día en que fuimos Campeones, mientras Alex  soplaba para que la pelota cayera a nuestro favor y cuando ya no nos quedaban uñas que llevarnos a la boca; resultó que Puyol se la pasó a Jesús Navas que cogió el balón y … bueno, mejor que te lo cuenten ellos:

Marcar goles es como hacer el amor: todo el mundo sabe hacerlo, pero nadie lo hace como yo. Alfredo di Stéfano.

Y te lo puedes imaginar: chillidos, gritos, vítores, abrazos, besos, lloros, el vecindario desbocado, la adrenalina por las nubes, el plato de jamón empapado de coca cola, Kira asustada debajo de la cama y la copa de cerveza por el suelo. Creo que incluso hubo un momento en que me volví a acercar a la pantalla y pedí calma … yo, el «calmador» oficial … cosas veredes amigo Sancho. El que no se pudo calmar fue Roger al que puedo imaginarme todavía saltando y gritando como un poseso.

De ahí hasta el final, solo recuerdo manos nerviosas apretándose unas con otras y algunas miradas; unas cómplices entre nosotros diciendo «es verdad» y otras al reloj preguntando «por qué te has parado». Pero era mentira, no se había parado, sólo estaba esperando que llegaran las 23:00 horas para que ya sí fuésemos oficialmente Campeones … del mundo, claro. Y entonces, por fin, se desató la alegría y llegaron más chillidos, más gritos, más vítores e incontables abrazos, besos y lloros. Y es que no todos los días es el día en que fuimos Campeones. La plaza de Colón en Madrid como ejemplo de lo que fue toda España con Pedrín disfrutando de los lindo. No sé si M. José se llegó a fundir en un abrazo con Brabender (no estaría de más que confirmaras ese extremo amiga, si no te importa) o sí María tenía la camiseta más empapada de sudor o de cerveza (también me gustaría confirmación, ya puestos) pero de lo que estoy seguro es de que ambas disfrutaron como enanas … lo mismo que hizo Luis MS en otro fiestorro de esos «improvisados». Y lo que también tengo claro es que en ese momento afloraron infinidad de sentimientos que, como le pasó a mi amiga Sonia, hicieron aún más especial si cabe ese momento.

Y ganar, y ganar, y ganar, y volver a ganar, y ganar, y ganar, y ganar, y eso es el fútbol, señores. Luis Aragonés.

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No quiero despedirme sin dar las gracias a todos los que me han ayudado a componer este proyecto. Y, oye, ya que has tenido la deferencia de pasarte por aquí, te animo a que te des una vuelta por la página y,  caso que lo que encuentres te guste, te animes y te quedes con nosotros. Intentaré que tu estancia sea agradable. (espacio patrocinado por http://www.pasionenblanco.es).

Te dejo con la reflexión final de otro buen amigo, Antonio Bosom, que creo resume a la perfección todo lo que hemos hablado.

Te animo a que me dejes tus comentarios. Prometido queda que leeré y contestaré a todos. Gracias y hasta la próxima.

 

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6 respuestas »

  1. Buenas David, me ha gustado mucho, mis recuerdos se remontan no solo al día de la final, donde al igual que la mayoría fue un carrusel de emociones, sino a todo el mundial, el primer partido contra Suiza, me pillo de vacaciones en Calpe, curiosidades del destino en el 2012 volví de vacaciones a Calpe y adivina quien ganó la Eurocopa.
    El partido contra Honduras en Valencia, viendolo con mis cuñados, y sobre todo me acuerdo del pártido que peor lo pasé que fue el de cuartos contra Paraguay.
    Un saludo

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