Mi amigo Gonzi, como le llama la Pugui, es de otro planeta, lo cual no es bueno ni malo, sino todo lo contrario. Le gusta la fiesta tanto como el fútbol … ¿o era al revés?. Por eso pareciera que siempre está feliz y por eso, además de por otras razones, cae tan bien … qué güevos, es que el muy mamón siempre cae de pié y eso también es parte de su encanto. Prometió enviarme unas fotos para ilustrar esta parte pero, cosas de la vida y, supongo, de utilizar CDs para guardar cosas (gracias nube por llegar a nuestras vidas), al final no ha podido ser. Pero yo no pierdo la esperanza porque, como ya te he dicho, Gonzalo siempre termina llegando … bien y de pié.
Así vivió la final:
De lo poco que me acuerdo es que me pilló en Fuerteventura y había más holandeses que españoles (4 Majoreros, Josune y yo). De hecho, la primera cerveza que me tomé fue en un bar/pub rodeado de naranjitos y nos costó bastante encontrar un sitio con camisetas rojas para ver el partido.
Luego, durante la celebración posterior en la piscina del apartahotel, nos echaron la bronca, «»»personal español.»»» por hacer ruido. Estaba petado de Alemanes y les alterábamos el sueño … «nos decían». Supongo que seguirían resentidos por la semifinal.