La vida es como montar en bicicleta. Para mantener el equilibro hay que seguir pedaleando.

Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán nacionalizado estadounidense.

Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido un día más a este pequeño rincón de madridismo. Octava victoria de las nuestras que nos permite seguir en la segunda plaza, sacarle dos puntos al tercero y, lo que es aún mejor, todo eso con un partido menos.

Seguimos con pie firme, haciendo lo que tenemos que hacer y no dando opción (salvo durante algunos minutillos) al rival. Más o menos, la cosa ha sido tal que así …

Mandar

Como en partidos anteriores en Liga, comenzamos mandando. Teniendo el balón, moviéndolo con presteza y teniendo entre ceja y ceja la portería contraria. Y precisamente por ello en menos de cinco minutos llegó el primer gol. No nos conformamos y toda la primera parte fue una sucesión de ataques continuos que generaban una oportunidad tras otra.

Llegó el segundo gol en el minuto treinta y cuatro, aunque bien podía haber unos minutos antes tras un remate de Tere Abelleira que se marchó alto, o bien unos minutos después gracias a un chutazo de Claudia Zornoza desde fuera del área que terminó estrellándose en el palo.

Párrafo aparte merece la actuación de Esther. Cuarenta y cinco minutos le han bastado para aumentar su cifra de goles en dos más pero, sobre todo, para dar sensación de peligro constante, que te obliga a extremar la atención cada vez que la pelota llega a sus dominios en la seguridad, y en la tranquilidad también, de que algo bueno puede pasar.

Desconexión

Es otra cosa que también nos suele pasar durante los partidos. De repente, no se sabe muy bien porqué, perdemos el rumbo y con ello el mando del partido. No conseguimos dar dos pases seguidos, cada una intenta hacer la guerra por su cuenta y, de rebote, dejamos creer al rival.

Hoy la caraja se nos ha aparecido durante los primeros quince minutos de la segunda parte. En ese espacio de tiempo hemos estado apunto de tirar por tierra todo el buen trabajo realizado durante la primera mitad. Además del gol en contra, me ha sorprendido la tarjeta amarilla a Misa, no por la tarjeta en sí, totalmente merecida, sino por lo desquiciada que parecía la canaria yendo hasta el medio del campo a protestar algo que aparentemente no tenía el más mínimo recorrido.

Vuelta

La tontería terminó en el momento que Toril dio entrada a Maite Oroz. La navarra, otra vez más, se dedicó a hacer lo que mejor sabe: apoyar a la compañera, dar salida al balón, devolverla al primer toque, siempre con sentido, siempre mejorando el pase que había recibido y, por si eso fuera poco, asistiendo de forma inmejorable: ella inició la jugada del tercer gol y ella dio el pase en profundidad que a la postre significó el cuarto.

No me cansaré de decirlo las veces que sean necesarias: cuando el dúo que forman Tere & Maite está sobre el campo el fútbol fluye de forma más agradable, menos mecánica y con más sentido. Es más fácil tener el dominio y el mando del partido y no sólo mejoramos en ataque sino que, precisamente por eso, sufrimos menos en defensa: mientras más tiempo esté el balón delante, menos lo está detrás.

Curvas

Las que se vienen a partir de ahora. Solventada esta salida y afianzadas las nuestras en la segunda posición de la tabla de la Liga, llega el momento de la Champions, llega el Chelsea a Di Stéfano y llega el momento también de ver si vamos a por el partido o si, de nuevo, nos quedamos a verlas venir.

A ver si perdemos el miedo y también, por qué no decirlo, el respeto a los rivales por mucho nombre que tengan en el universo del fútbol femenino. Mal nos irá si dejamos que sean las inglesas las que marquen el ritmo y que dominen el partido. Nada de temores, desconfianza ni recelo. Y sí mucho de valentía, osadía, arrojo y atrevimiento.

Mil por cien de confianza en nuestras jugadoras. Vamos a por ello. Por aquí te lo contaré. Nos leemos.