No se debe intentar contentar a los que no se van a contentar.

Julián Marías (1914-2005) Filósofo español.

Hola qué tal, cómo estás. Bienvenido una vez más a este pequeño rincón de madridismo. No ha podido ser, ya está, no hay que darle más vueltas. Hemos dado toda la guerra posible hasta donde hemos podido y nos han dejado. Y eso, teniendo en cuenta las circunstancias, es mucho.

Del partido en sí y de sus aspectos táctico-técnicos poco te puedo contar (aquí he dicho por activa y por pasiva que de baloncesto sé aún menos que de fútbol, que ya es decir). Al final estos encuentros tan igualados se deciden por pequeños detalles (al igual que los dos que ganamos en Madrid) y esta vez el triple desde 9 metros, cayéndose y al filo de la posesión … lo han metido ellos. Enhorabuena a los premiados y a por la Liga.

Por eso hoy me gustaría hablarte de algo más intangible, más etéreo y que apela más al sentimiento (al madridista, claro). Por un lado me gustaría hablarte del …

Orgullo

Lo define la RAE en su primera acepción como el «sentimiento de satisfacción por los logros, capacidades o méritos propios o por algo en lo que una persona de siente concernida«. Y es evidente que estoy muy orgulloso sobre cómo se han comportado los nuestros, no sólo en esta serie de cinco partidos, que también, si no durante toda la competición.

Es admirable el coraje, la decisión, el esfuerzo continuo y la valentía constante que demuestran a cada momento todos y cada uno de nuestros chicos del balón naranja. Incluyo en esto a Pablo Laso y a todo su equipo, claro está. Nuestro equipo de BA-LON-CES-TO es purito Real Madrid lo mires por donde lo mires.

Pero, por otra parte, me gustaría también hablarte de …

Satisfacción

Si volvemos a la RAE, encontramos que en su acepción quinta lo define como el «cumplimiento del deseo o del gusto.» Y claro, automáticamente me asalta la duda: ¿es este resultado, esta eliminación, para sentirse satisfecho?

Pues no, lo siento, no lo es. Porque no se puede estar contento después de haberse quedado a las puertas de la Final Four. De la misma manera que tampoco estaría feliz si hubiésemos pasado y nos hubiesen eliminado en las semis. Y tampoco lo estaría si habiendo llegado a la final … hubiésemos terminado palmando.

Me dicen de vez en cuando (más veces de las que quisiera) que soy un inconformista … y en la mayoría de las ocasiones tienen razón. Pero, qué quieres que te diga, a estas alturas de la vida cambiar según qué cosas y qué comportamientos, no sé Rick, lo veo difícil.

Lo mejor de todo es que ambas cosas (el orgullo y la no satisfacción) son compatibles y se puede hacer gala de ambas sin restar un ápice a los méritos del equipo. Y es con eso con lo que me quedo: con la seguridad absoluta de que este esquipo seguirá luchando sin descanso y que, gracias a ello o precisamente por ello, volveremos a estar satisfechos con los resultados ganadores que seguro van a obtener.

Y nada más por hoy. A ver si mañana con un poco de suerte (o un mucho, según se mire) me termina abrumando la satisfacción por todos mis poros. Por aquí te lo contaré. Nos leemos.