Nada sienta tan bien en la frente del vencedor como una corona de modestia.

Hola qué tal, cómo estás. Bienvenido a este rinconcito de madridismo que hoy coge el balón naranja para hablarte del clásico en versión baloncesto.

Creo que ya te lo he dicho en alguna ocasión así que, por favor, permíteme que insista: está bien ganar (y mejor si el rival es el Barça, lógicamente), dar espectáculo (pues claro), fundirte en una perfecta comunión con la afición (imprescindible) y demostrar que tienes cuerda para rato (evidentemente). Pero lo mejor es que este equipo, esta plantilla y este cuerpo técnico tienen alma y, lo que es mejor, siguen teniendo hambre … y mucha; y eso está por encima del bien y del mal, por encima de ganar o perder … aunque sea éste el mejor camino para llegar a la victoria.

Y si hay alguien que ahora mismo representa todo esto a la perfección es …

El tortuga

En una concentración estaba el aire acondicionado puesto y yo estaba muy tapado. Solo se veía la cabeza. Y mi compañero empezó a decir: ‘mirá, la cabeza de la tortuga, la cabeza de la tortuga’. Y ahora casi todo el mundo me dice así

No sé tanto de baloncesto (tampoco lo pretendo, únicamente espero que no se me note demasiado). Eso sí, me gusta mucho verlo, disfrutarlo, apasionarme, dar puñetazos en la mesa y saltos sobre el sofá. Ahora lo que hago es elegir un jugador antes del partido y seguirlo durante el mismo y hoy le ha tocado a este argentino de Colonia Dora.

Tiene muchas y variadas virtudes Gabriel Deck pero hay una que considero fundamental: siempre está ahí; cuando hay que echar una mano en el rebote, cuando hay que dar salida al compañero que se ha quedado sin bote, cuando hay que ayudar en defensa, cuando es necesario anotar, cuando se necesita una asistencia, cuando toca remontar la línea de fondo, cuando llega el momento de apretar los dientes y luchar por cada pelota … el tortuga siempre está, Deck nunca falta a la cita. Si incluso se juega ya las últimas posesiones de los partidos … y acierta, que es lo mejor … si lo sabrán en el Buesa Arena.

Y ha sido el de hoy el partido en el que ha sacado todas estas virtudes hasta el punto de haber sido el MVP del mismo. Ha rendido en todos los puestos en los que Pablo ha querido que estuviera y ha sido el que en muchos momentos del juego nos ha mantenido a flote.

Ha estado ahí durante el primer cuarto cuando en una salida fulgurante hemos borrado al Barça del mapa, ha ayudado a que la cosa no fuese peor cuando durante el segundo cuarto fuimos nosotros los que sufrimos ese borrado. Jugó de cuatro cuando las personales hicieron mella en nuestros hombres altos y lideró el arreón final que nos permitió acabar ganando.

No obstante, esto también hay que decirlo: hemos tenido momentos de auténtico pavor en el que no es que estuviésemos dormidos, pasásemos por una etapa de duermevela o por un ligero amodorramiento, no; realmente es que parecía que estábamos en coma: véase el segundo cuarto.

Pero, insisto, este equipo tiene alma, coraje, amor propio y algo aún mejor: nunca baja los brazos. Con eso y con un poco de acierto en los momentos cumbre (y con un par de tapones de Tavares que han resonado hasta en Dallas) nos hemos podido llevar un gran partido, ante un gran rival en una gran competición … pero solo eso, únicamente es una victoria más para sirve para certificar que seguimos por el buen camino. Que dure.

Aquí te dejo con un resumen del partido. Nos leemos pronto.

In an outstanding back-and-forth battle, @RMBaloncesto takes the first «El Clasico» in this Turkish Airlines EuroLeague season by downing archrivals FC Barcelona 86-76 in the Spanish capital on Thursday

Highlights… pic.twitter.com/OlM0oIklly

— Turkish Airlines EuroLeague (@EuroLeague) 14 de noviembre de 2019