Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar, eres un pícaro; y si no lo sabes, eres tonto.

Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino.

Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido una vez más a este pequeño y minúsculo rincón de madridismo. Pues nada, otro título que vuela para casita, y al que, siguiendo la norma que te comenté después de la semifinal, habrá que referirse como el Mundial de Clubes. No voy a insistir más en que la importancia de este título no es ganarlo, que también, sino lo que hay que ganar antes para llegar hasta él.

Eso sí, tengo que pedirte disculpas porque se me olvidó el otro día incluir entre aquellos que están necesitados de un proceso de desintoxicación al colectivo que más sufre, al que siempre está ahí, en la salud y en la enfermedad (guiño, guiño), el que tolera, soporta y padece semana sí y semana también. Venga, anímate que hoy voy a hablar de ti, queridísimo …

Madridista

Efectivamente, nosotros también necesitamos de vez en cuando vivir partidos tranquilos y sin angustia. Nos merecemos ver un partido mientras saboreamos un gin-tonic (o los que se tercien) tranquilamente en el sofá de casa en vez de beberlos mientras te entran ganas de estampar el vaso contra el televisor. Tenemos el cielo ganado, que nadie te convenza de lo contrario.

Porque parece que ser del Madrid es muy fácil, es todo jijis y jajas, victorias por aquí y triunfos por allá. Cuando no está cayendo una Liga, está llegando una Champions. Hay veces que te llevas una Supercopa y otras un Mundial de clubes. Y siempre, siempre, acabas siendo el más guapo, el más alto y el más listo.

Porque ya sabes que nosotros no sufrimos, no lo pasamos mal y no entendemos de fútbol. El resto de aficionados no saben el porqué son de un equipo concreto, son todo sentimientos, son todo emociones que se transmiten de padres a hijos, de hijos a nietos, de nietos a bisnietos y así sucesivamente. En la orilla blanca no tenemos nada de eso, qué le vamos a hacer.

Sí, lo has adivinado: hoy (también) me han tocado los güevos con esto. Qué le vamos a hacer. Supongo que va en el sueldo y en el ADN del madridismo tener que soportar según que cosas. No sabes la de veces que me acuerdo del refrán ese que confronta el estar calentito con que el resto del personal lo pase bien.

El partido

Perdona que con todo este rollo se me había olvidado que igual estás esperando a que te diga algo del partido. Pues qué quieres que te cuente . Estaría mal y sería de mal gusto que me pusiera ahora a decirte que no me gustó la alineación, que Nacho y Ceballos deberían haber sido titulares, que seguimos teniendo lagunas en defensa (vuelve pronto, Éder), que Tchouaméni no termina de coger el mando del equipo o que Lunin ha dado hoy la de arena.

Pero no te preocupes que no te voy a decir nada de eso, sólo faltaría que viniera yo ahora a fastidiarte la fiesta. En su lugar te diré que Vini ha avanzado otra casilla más en su carrera por ser considerado uno de los mejores jugadores del mundo (si es que no lo es ya), que definitivamente Fede ha vuelto y que Camavinga va camino de convertirse en indiscutible para Carletto.

Aunque no llegaron al punto de vagancia que tenía yo en el sofá con el segundo gin-tonic (no te quiero ni contar cómo estaba con el cuarto); los nuestros en general se lo tomaron con calma. Apretamos al principio hasta que metimos el segundo. Nos relajamos y nos hicieron el primero. Volvimos a tomar el mando e hicimos otros dos … lo que motivó que nos volviésemos a relajar y nos metieran el segundo. De ahí hasta el final, uno más para cada equipo y todos tan contentos.

En fin, que no te quiero aburrir más. Octavo título de Campeón del Mundo que celebraremos un poquitín esta noche … y ya está. Porque el miércoles vuelve la Liga, después más Liga, a continuación la Champions, y otra vez la Liga, y la Copa … y lo que te rondaré morena. No tengo ninguna duda de que esta competición y este título nos han venido muy bien para poder afrontar con más fuerza lo que se nos viene encima. Por aquí te lo contaré. Nos leemos. ¡¡¡Enhorabuena, madridistas!!!