
El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar.
Winston Churchill (1874-1965) Político británico.
Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido un día más a este pequeño rincón de madridismo que hoy se ha dado una vuelta por el Alfredo Di Stéfano para apoyar a las nuestras en su camino en pos de conseguir la clasificación para la Champions femenina.

Un camino largo, duro, difícil, plagado de altibajos, unas veces enrevesado y otras enmarañado, nunca fácil ni claro pero siempre con el ánimo, el atrevimiento y la energía que nuestras jugadoras han puesto en cada partido, en cada defensa, en cada balón dividido y en cada remate a puerta. Se puede decir por tanto aquello de …
Objetivo cumplido
Sí, a última hora y sufriendo, y mucho. Con un ojo en el Di Stéfano y otro en el Johan Cruyff; comiéndonos uñas, falanges, huesos metacarpianos y hasta los carpianos. Y es que parece que este año todo el mundo se haya puesto de acuerdo para hacernos sufrir. Que bien está lo que bien acaba, de eso no cabe duda, pero que en una de éstas nos va a dar un chungo, cero dudas también.
Mejor la primera parte que la segunda. Mejor cuando nos dimos cuenta de que Athenea estaba hoy de dulce y nos decidimos a darle balones. Daba igual que fueran en profundidad o al pie. Nuestra Diosa particular se las apañaba para sortear defensas una y otra vez, ya fuese regateando o en velocidad. En campo abierto o pegada a la cal. En el lateral o por la línea de fondo.

Mejor cuando en la salida del balón éste pasaba por los pies de Maite Oroz y Claudia Zornoza. Hoy Tere Abelleira no estuvo muy acertada lo que le valió la sustitución en el descanso. Tampoco estuvo muy acertada en el inicio de las jugadas nuestra capi. Y es que Ivana se vio desplazada a la derecha en la defensa de 3 que montó Toril, y se notó mucho que no estaba a gusto.
Fue una lástima que ese torrente de oportunidades durante la primera parte no terminara con algún gol más. Porque en la segunda todo fueron angustias que se acentuaron según iban pasando los minutos. Fue esa angustia, y por qué no decirlo, la congoja, la que se fue apoderando de la grada, del equipo y hasta del míster … y no necesariamente por ese orden.
Hasta que llegó el minuto 83 y la jugada clave de partido, la jugada y el minuto en el que nos dimos cuenta de que la cosa iba a acabar bien, más que nada porque ELLA dijo que naranjas de la china, porque MISA RODRÍGUEZ dijo que que no nos iban a marcar ningún gol porque no le daba la gana. No tengo pruebas de que entre todos en la grada hicimos que la canaria volara más alto, pero tampoco tengo dudas:

El caso es que aquí estamos: segundo año de vida y segunda clasificación para la Champions. El equipo crece y va adquiriendo la tan necesaria, imprescindible e indispensable experiencia. Y además en los malos momentos aprieta los dientes y se levanta de la lona. No cabe ninguna duda de que el proyecto se consolida y el Club apuesta por ello. Estaremos atentos a renovaciones, bajas y próximos fichajes.
Y todavía queda la Copa de la Reina, que nadie nos dé por muertas antes de tiempo, mas teniendo en cuenta el peso que nos hemos quitado de encima. Por aquí te lo contaré. Nos leemos.

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