
El del Celta obra de Nolito
Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia.
Aldous Huxley (1894-1963) Novelista, ensayista y poeta inglés.
Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido un día más a este pequeño y minúsculo rincón de madridismo. No te digo nada que no sepas ya si te cuento que estamos llegando al tramo final de LaLiga con la lengua fuera. Es más que evidente que Carletto está cayendo de nuevo en la misma piedra.

Y es que ha vuelto a poner en liza OTRA VEZ un equipo plano, sin chispa y diría que hasta cansado de sí mismo. No sólo eso, si no que además ha sido incapaz de cambiar nada sobre la marcha, de poner algo de mordiente y sangre nueva, de intentar cambiar el curso del partido.
Y es que el míster diseña su plan y lo ejecuta con independencia de que sea más o menos conveniente hacerlo. Está claro que Ancelotti va …
A su bola
Y no sólo eso, es que además es un miedoso. Porque sólo desde esa perspectiva se entiende que día sí y día también se empeñe en dar minutos a quién claramente no está en forma, se empecine en no refrescar al equipo a pesar de dar claras muestras de estar al límite física y mentalmente y siga emperrado en no dar oportunidades a aquellos que cada vez que han salido a jugar han demostrado estar a la altura.
El míster es un cagón que no se fía de su plantilla y lo más maravilloso es que ha llegado a esa conclusión sin haber hecho nada para ver si puede fiarse o no de ellos. Simplemente aplica ese principio tan español (y, por lo que parece, tan italiano también) de aquí se hace lo que mis gónadas quieren y santas pascuas. Total, si vamos primeros en LaLiga y estamos en cuartos de la Champions. Qué más queréis, almas de cántaro.

De la misma forma que puedes decir aquello de que no es un país para viejos e irte con un Oscar para casa, se puede decir igualmente que Carlo no es entrenador para el Madrid e irte para casa con una Liga en el zurrón.
No me cabe la menor duda de que hoy nos hemos cascado un partido de mierda … y es el segundo consecutivo. Cero control, nulo despliegue, inexistente presión, incapacidad en ataque y torpeza máxima en el resto del campo. Únicamente Courtois, una vez más, ha demostrado estar metido en el partido y que, hoy por hoy, es el mejor portero del mundo con muchísima diferencia sobre el segundo.
Hablemos ahora de la polémica arbitral para que mi buen amigo Marcos no se enfade (que lleva esperando este momento desde que accedió al enlace). Pero antes déjame que te cuente una anécdota. Tardo poco, no te preocupes.

Hace bastantes años fuimos de viaje a lo que todavía se llamaba Yugoslavia poco antes de su desintegración. El viaje en sí fue una auténtica maravilla y lo recuerdo con uno de los mejores de mi vida. El caso es que una noche coincidimos en una playa con otro grupo, creo recordar que eran holandeses (y holandesas)
El caso es que en un momento dado, al enterarse de que éramos españoles, empezaron a (intentar) bailas sevillanas y a (intentar) dar pases de pecho con una muleta imaginaria. Ahí saltó raudo y veloz Alberto (hoy sólo nombro a amigos atléticos, qué le vamos a hacer) para, en un perfecto inglés con acento de Las Rozas, soltarles enfadado que eso era «very typical» y que no se correspondía para nada con la realidad de nuestro país, mientras hacía aspavientos con sus enormes brazos y manos.
No sé si aquellos holandeses (y holandesas) entendieron el sentido real de sus palabras pero lo que por lo menos a mí me quedó más o menos claro es lo extremadamente difícil que es quitarse un sambenito de encima y lo complicado que es desmentir algo cuando tu interlocutor está cegado por años de propaganda y desinformación. Y, ahora sí, vamos con las polémicas.

Creo sinceramente que los tres penaltis lo son. Muy claro el primero, claro el segundo y, si me apuras, algo más dudoso el tercero, pero penalti al fin y al cabo. Me crea más dudas el gol anulado al Celta, aunque entiendo y comprendo la explicación que justifica su anulación. Hasta aquí mi sesudo análisis al respecto.
No te negaré, no obstante, que me hace muchísima gracia comprobar hasta qué punto ha llegado la cosa cuando veo que alguno ha descubierto HOY que los árbitros de LaLiga son muy malos y muchos se han dado cuenta HOY de que el VAR no puede estar supervisado por árbitros que son aún peores que los que están en el césped. Insisto, se han dado cuenta HOY, dos de abril de dos mil veintidós, para más señas.
El problema se produce cuando a raíz de esto salen los holandeses (y las holandesas) de turno con su mantra cansino y caduco resumido en la no menos cansina y caduca frase de «así gana el Madrid«. Y todo porque posiblemente un día cualquiera de un mes cualquiera de un año anterior a mil cuatrocientos noventa y dos, un árbitro nos benefició descaradamente.

Intenta tú ahora explicarle a uno de estos holandeses (y holandesas) que la última vez que un árbitro nos favoreció, en nuestro imperio (el de las Españas todas) no se ponía el sol. Intenta aclararle que una cosa es saber de fútbol y otra muy distinta saber muchas cosas relacionadas con el fútbol. Intenta razonar con alguien que tiene incrustado en su ADN un odio atávico a todo lo que huela a blanco. Mucha suerte con ello.
A mi, las cosas como son, cada vez me cuesta más saltar en estos casos. La mayoría de las veces lo hago por tocar un poco las gónadas (las de mis amigos, no las de Carlo, que esas son sagradas) y por poner algo de picante en los grupos de whatsapp. Y todo porque es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un antimadridista aplique la razón y la lógica a sus argumentos. Y hasta aquí mi sesudo análisis (el segundo del día, hoy estoy que lo tiro).
La próxima parada será el miércoles a las 21:00 horas en Stamford Bridge contra el Chelsea. Vuelve la Champions a nuestras vidas que es lo mismo que decir que vuelven la emoción, el sufrimiento, los nervios y la esperanza. Y volverán también las gónadas de Carlo, claro, esas no se van ni con agua caliente y están siempre presentes. Por aquí te lo contaré, espero que desde un Hotel a escasos 20 minutos del campo. Nos leemos.

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