
Gol de Sancet para el Athletic
Puede que lo que hacemos no traiga siempre la felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad.
Albert Camus (1913-1960) Escritor francés.
Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido un día más a este rinconcito de madridismo. Hay ocasiones, últimamente no muchas, en las que el fútbol nos devuelve toda la pasión que le regalamos. En las que la electricidad te entra por el dedo gordo del pie y, sin solución de continuidad, te sale por la cabeza dejándote exhausto.
Son partidos en los que no puedes despistarte, porque un simple pestañeo puede hacer que te pierdas un control, un choque, una jugada o un gol. Son aquellos en los que de repente te das cuenta que has llegado al descanso y estás tú más cansado casi que los futbolistas. Son encuentros hechos para …
Disfrutar
Hay partidos buenos, en los que la angustia por el resultado o por una clasificación hacen que estés en tensión, de pie al lado de la televisión, hablándole a la nada, ordenando y colocando defensas, mediocampistas y delanteros. Pero el de hoy únicamente pedía atender y deleitarse.
El culmen fueron diez minutos, los primeros del partido, pero qué diez minutos, madre mía. Idas y venidas constantes, lucha, fuerza, velocidad, verticalidad y una aceleración en las jugadas que ríete tú de las salidas de la F1. Y tres goles como guinda a cada cual mejor. Fútbol en estado puro.

No me había sentado siquiera en el sofá (mesa recogida, platos, vasos, ensaladera y cubiertos en el lavavajillas, mandarina en la mano) cuando Benzema, tres minutos de partido, ya había hecho el primero. Una obra de arte con la que el bueno de Karim de vez en cuando nos obsequia y nos deleita. Pero es que tres minutos después, no quieres caldo toma dos tazas, hacía el segundo.
No se rindió el Athletic y en el minuto nueve hizo su gol. Otro golazo, las cosas como son. Y es que la única forma de meterle un gol esta temporada a Courtois es ésta. Total, que en un partido que casi acababa de comenzar, habían pasado ya tantas cosas que parecía que estaba próximo a finalizar.
No decayó ahí la cosa, y durante el resto de la primera parte se siguieron sucediendo acciones en una y otra portería, y, lo que más me gustaba, sin balonazos al tun tun a ver si sonaba la flauta. Más elaborado el juego de los nuestros y más vertical el de los leones, cada uno en su estilo, pero siempre con cabeza, haciendo lo había que hacer y tocaba en cada momento.
Y el caso es que llegamos tan agotados, sí, yo también, al descanso que no me quedaron ganas ni para hacer zapping. Las fuerzas justas para levantarme, tirar las cáscaras de la mandarina a la basura, ir al baño y sentarme de nuevo en el sofá intentando coger algo de aliento con vistas a la segunda parte.

Con el reinicio la cosas siguieron más o menos por los mismos derroteros, pero con una sutil pero gran diferencia: ahora controlábamos más el tempo de partido manteniendo posesiones más largas. Destaco aquí el despliegue de Camavinga, capaz de ser un stopper al más puro estilo Casemiro, dando a la vez salida orientada y con sentido al balón, ofreciéndose para dar soluciones al compañero y tocando la pelota siempre de forma orientada, limpia y al primer toque. Gran partido el suyo que es justo destacar también.
Quizá el único pero, por decir algo, que se le puede poner al equipo es que ese dominio no se tradujo en más ocasiones de gol. Sólo cuando se estaba acercando el final, Hazard primero y Kroos después, tuvimos dos oportunidades claras que sacó con dos manos prodigiosas Agirrezabala. Por cierto, buen nivel del belga que dejó pinceladas de lo buen futbolista que es, aunque muchas veces se empeñe en demostrarnos lo contrario. De él, y únicamente de él, depende que esto no se quede en flor de un día.

Que tuviésemos el control del partido no significa que no sufriésemos. Esto es San Mamés, el Athletic y una afición que nunca decae, y que es capaz de aplaudir al rival cuando se lo merece: la ovación a Benzema al retirarse así lo demuestra. En todo caso, cuando hubo problemas, Courtois, Nacho, Militao y Mendy se ocuparon de frustrar los deseos rojiblancos. Y así poco a poco llegamos al final del partido, con Ancelotti haciendo debutar a Peter, al que le dio tiempo de tener una oportunidad de gol y regalarle uno a Jovic que éste no aprovechó.
En resumen: victoria trabajada pero no tan sufrida como puede hacer ver el marcador, reivindicación de los menos habituales (Nacho, Camavinga, Valverde) y cierre positivo del año. Ahora a descansar, el próximo partido será el dos de enero en Getafe, con la tranquilidad de poder disfrutar de las mejores vistas que proporciona estar en lo más alto de la clasificación.
Me queda ya únicamente despedirme (mantel recogido, cojines del sofá colocados y pijama a la vista) no sin antes darte las gracias por haberte pasado por este rinconcito un día sí y otro también, desearte que pases unas felices fiestas y que en el próximo año se cumplan todos tus deseos, tanto los confesables como los inconfesables, en la seguridad de que nuestro equipo seguirá dándonos alegrías. El año que viene más y mejor, ya lo verás. Abrazos y besos. Nos leemos.

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