La necesidad es un obstáculo indestructible; todo lo que sobre ella se lanza se estrella.

Gustave Flaubert (1821-1880) Escritor francés.

Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido un día más a este rinconcito de madridismo. Después de partidos como el de hoy siempre me asalta la misma duda. Por un lado pienso «qué cagada, con lo bien que íbamos y vamos a empatar justo con el penúltimo de la tabla.» Pero por otra parte siempre te queda el consuelo de pensar que tampoco es para tanto, ya sabes, el que no se consuela es porque no quiere, tenemos una buena ventaja y esas cosas.

Es el eterno dilema sobre ver el vaso medio lleno o medio vacío. Alegrarte por el punto conseguido pero desesperarte porque no te gusta perder según qué oportunidades, y ésta era una muy buena, para seguir metiendo y/o manteniendo la diferencia con nuestros perseguidores. En fin, que no le des más vueltas:

Hoy no tocaba

Ya podíamos haber estado jugando hasta mañana por la tarde que la cosa habría acabado igual. Porque sí, claro, el Cádiz salió al campo con el autobús perfectamente aparcado y no se bajó de él hasta que el árbitro pitó el final. ¿Y, exactamente, qué esperábamos? ¿Que se liaran la manta a la cabeza y salieran al ataque como si no hubiera un mañana?

El Cádiz hizo lo que tenía que hacer y pocos o ningún reproche se le puede poner a su actitud. Otra cosa distinta es que me gustaría saber qué baremos usan los colegiados para saber cuánto tiempo deben descontar. Por ejemplo, conocer cuál es la conversión minutos perdidos contra segundos descontados, más que nada para saber a qué debemos atenernos en cada momento. En fin, es un guerra perdida. Es lo que hay.

Creo que por nuestra parte tampoco hemos hecho lo necesario. En muchas fases del partido, la mayoría, hemos movido el balón muy lentamente, buscando el hueco que nunca aparecía y, excepción hecha de Vini, sin intentar encarar al contrario. En este aspecto, partido bastante lamentable, otro más, de Hazard que ha demostrado bien a las claras el porqué no es ni titular ni la primera opción en los cambios.

No me resisto a hablar del míster. Hoy, las cosas como son, tampoco ha estado acertado. Tardío de reflejos, el primer cambio no ha llegado hasta el minuto 70, e incapaz de modificar el ritmo de trote cochinero que hemos mantenido la mayor parte del tiempo. Hoy era el día para meter velocidad, aquella que sólo te pueden dar piernas frescas y con ganas de agradar.

Ha arriesgado dejando a Casemiro jugar todo el partido (si, ya lo sé, la entrada que le hizo a Alejo era roja) sabiendo que podía ver la segunda tarjeta amarilla en cualquier momento. Además ha sido uno los peores partidos que le recuerdo: lento, muy lento, en la conducción del balón y bastante desacertado en el pase. Es el ejemplo más claro cuando me refería antes a la necesidad de haber tenido jugadores con piernas frescas.

Muy lento y bastante previsible, creo que es el mejor resumen que se puede hacer hoy de nuestro juego. Cero chispa, nula capacidad de desborde y desacertados en el tiro a puerta. Dormidos en el banquillo y sin creernos lo que estábamos viendo los que pasábamos frío en la grada. Como puedes observar, el cóctel perfecto para explicar lo que ha pasado.

En fin, que no quiero darle más vueltas. Cuanto antes olvidemos este traspiés mejor nos irá. Próxima parada el miércoles a las 21:30 horas en San Mamés contra el Athletic Club. Partido adelantado de la jornada 21 en el que espero tengamos algo más de puntería de la que hemos demostrado hoy. Por aquí te lo contaré. Nos leemos.