Existe algo mucho más escaso, fino y raro que el talento. Es el talento de reconocer a los talentosos.

Elbert Hubbard (1856-1915) Ensayista estadounidense.

Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido un día más a este rinconcito de madridismo. Pues nada, ya ves, otro partido que cae de nuestro lado y que nos permite seguir siendo líderes una jornada más. No voy a entrar en el viejo debate sobre si ha sido una victoria merecida o no. Más que nada porque no lleva a ninguna parte. Gana el que mete más goles, y punto.

Y si hablamos de meter goles, lógicamente tenemos que hablar de Vinicius. Gracias a nuestra tradicional querencia para despreciar el talento en ciernes, llegando incluso a ridiculizarlo, y la también tradicional desconfianza hacia el que hace cosas diferentes; nos preguntábamos que cuándo iba a llegar su momento, cuándo iba a estar listo. Pues la respuesta es muy fácil …

Pa’ ya

Es su temporada, es su momento y está en el lugar y el sitio adecuado para terminar de explotar, echarse el equipo a sus espaldas cuando éste lo necesita y levantar al aficionado de sus asientos cada vez que coge el balón. Vini tiene magia, es diferente, en definitiva: tiene talento.

La cosa, más o menos, fue así: Militao lanzó en profundidad hacia Vini Jr. que cogió la pelota pegado a la banda izquierda de nuestro ataque.

Y el caso es que el comienzo hoy fue bastante calamitoso. Uno espera que por lo menos en casa seamos los dominadores, tengamos el balón, atosiguemos al rival, creemos ocasiones y metamos algún gol en el zurrón. En vez de eso, nos pasamos media hora viendo como el Sevilla manejaba el tempo del partido, salía jugando la pelota desde atrás con una facilidad pasmosa e iba teniendo ocasiones una tras otra.

Nos faltaban ideas pero sobre todo nos faltaban piernas, tanto para llegar a la presión como para tirar hacia adelante cuando recuperábamos la posesión. El Sevilla marcó uno (alguien tendrá que explicar algún día cómo es posible que nos rematen a gol desde el área sin oposición alguna) pero pudo haber marcado más: uno que primero salvó Alaba bajo palos y a continuación Courtois con una gran parada y otro a tiro de Ocampos que se estrelló contra el larguero.

Al bueno de Vini le bastó un toquecito al balón con el pecho para librarse de Lucas Ocampos y poner rumbo a una velocidad endiablada hacia la portería sevillista.

En esas estábamos cuando llegó la que para mí fue la jugada clave del partido: tiró Militao desde su casa, no creo que el balón fuera muy fuerte ni que hiciera ningún extraño, pero el caso es que Bono no acertó ni a despejar ni a hacerse con el cuero, de tal forma que éste se fue hacia el poste, que a su vez lo devolvió hacia el centro de la portería. Benzema sólo tuvo que hacer dos cosas: estar más atento que la defensa y empujarla hacia el fondo de la red.

Y digo que fue la jugada clave porque de un posible cero a dos o incluso un cero a tres, pasamos por arte y parte del portero del Sevilla, del que podríamos decir aquello de que es un admirador y un amigo; al uno a uno que volvía a igualar el partido.

Con otro sutil quiebro de cintura se libró de Gonzalo Montiel (ayudó el desmarque hacia fuera que hizo Mendy), se acercó al borde del área dónde le esperaba Koundé …

Llegaron posteriormente dos oportunidades para Asensio (que hoy a vuelto a dejar pasar otro tren), una al final de la primera parte y otra al principio de la segunda. Ninguna acabó en gol, pero la segunda tuvo una virtud para los nuestros: hizo que el Sevilla se asustara y renunciara al ataque. Cometió el error de dar por bueno el empate en el minuto cincuenta y siete, demasiado pronto.

Y eso que Carletto tardó todavía varios minutos en darse cuenta de que, por mucho que el Sevilla no inquietara, las fuerzas de los nuestros estaban ya bajo mínimos. Cuando por fin entendió que necesitábamos energía y frescura, dio entrada a Camavinga y Fede Valverde.

Y entonces el panorama cambió rápida y radicalmente porque, además de tener el control absoluto del partido, comenzamos a presiona y robar la pelota cerca del área visitante y, como consecuencia, a tener una oportunidad tras otra. Y, claro, pasó lo que tenía que pasar. Vini hizo todo lo que se supone que tiene que hacer cualquier buen delantero que se precie, se acercó al área grande …

… y sin pensárselo dos veces lanzó un zambombazo que se coló en la portería sevillista sin que Bono pudiera hacer absolutamente nada. Golazo y el consiguiente delirio en la grada y el terreno de juego. Que nuestro principal brasiniño tenía talento era algo que no se podía en duda. Si ahora, además, resulta que empieza a tener gol y a ser decisivo … pues miel sobre hojuelas, las cosas como son.

Pero, claro, esto no sería nuestro Real Madrid si no concediésemos una última oportunidad al rival, que de otra cosa no podremos presumir pero que tratamos como nadie a las visitas, eso no se puede negar. La tuvo el Sevilla en un remate de Delaney (con todo el equipo volcado en el área, portero incluido) que solventó Courtois en la que fue la última oportunidad destacable del encuentro.

Por cierto, antes que se me olvide: sí que parece penalti de Alaba a Ocampos. Pero aunque lo fuera, sólo serviría para confirmar una cosa que ya te he comentado por aquí muchas veces: los árbitros españoles son muuuuy malos y los que manejan el VAR, sus alumnos más aventajados. Tenemos impartiendo justicia a un grupo de inútiles sin criterio y sin conocimientos sobre el fútbol. Y este fin de semana, otra vez, hemos tenido sobradas pruebas de ello.

En resumen: victoria importantísima sobre un gran rival que nos afianza en la primera posición de la tabla. Sólo pido que, por favor, el golazo de Vini Jr no nos haga olvidar que hoy hemos jugado un mal partido y que mucho tendremos que mejorar en nuestras prestaciones si no queremos descarrilar, porque vienen curvas y de las peligrosas.

Próxima para el miércoles en el mismo sitio y a la misma hora contra el Athletic de Bilbao, partido correspondiente a la jornada 9 que se había aplazado y con el que nos pondremos al día en nuestra cuenta de partidos ligueros. Por aquí te lo contaré. Nos leemos.