
La concordia hace crecer las pequeñas cosas, la discordia arruina las grandes.
Salustio (83 AC-35 AC) Caius Sallustius Crispus. Historiador latino.
Hola, qué tal, cómo estás. Gracias una vez más por pasarte por este rinconcito. Pues sí, ya ves, yo también estoy jodido, o cómo quiera que se le llame ahora a no tener ganas de cenar después de haber estado a nada de jugar otra final. Qué le vamos a hacer, ya sabes mi dicho principal: es lo que hay.

Y a eso precisamente es a lo que voy a jugar hoy o, por lo menos, a intentarlo. Porque realmente creo que es el momento de preguntarnos si esto …
¿Es lo que hay?
Comenzaré por reconocerle a Luis Enrique el mérito que tiene, que es mucho y muy grande. Ha llevado a quién ha creído conveniente, ha seguido siempre su criterio y, visto lo visto, no le ha ido tan mal. Ha construido un equipo y ha devuelto la ilusión a la afición … ni tal mal.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, lo que no le doy es mérito alguno por no haber llevado a ningún jugador del Real Madrid. Ningún jugador español de mi equipo ha estado a tan alto nivel que haya merecido ser convocado a esta Eurocopa. Hay algunos que han estado cerca, compro el argumento, pero ninguno ha demostrado un nivel tan alto cómo para hacerle indiscutible.

Dicho de otra forma, el seleccionador en este apartado lo ha tenido muy fácil, y mal haremos desde el madridismo si vemos esto como un agravio y no como un hecho constatable del nivel que la «españolidad» de nuestro equipo ha demostrado esta temporada. Hay que reflexionar y revertir esa situación, no para que tengamos más convocados, sino para que el propio nivel de nuestro equipo se eleve. Y hasta aquí la visión «blanca» de la historia. Es lo que hay.
Todas las decisiones del seleccionador han tenido su porqué; unas veces le ha salido bien y otras veces no tanto, pero por debajo siempre estaba la sensación, por lo menos yo la he tenido, de que había una razón para todo, que no había lugar a la improvisación. Lógicamente, viene perogrullada, hacer las cosas por un motivo no siempre te asegura el éxito … vuelve a ser lo que hay.
Lo que pasa también es que muchas veces no sé si es que el fútbol es una ciencia extremadamente complicada o si realmente somos nosotros los que lo hacemos complicado. Hoy hemos salido sin un nueve puro (lo que los entendidos llaman falso nueve … sin comentarios).

Me imagino a Luis Enrique trazando miles de líneas en una pizarra, calculando logaritmos neperianos, llegando a la conclusión de que así despistaba a los centrales italianos y poniendo una sonrisa pícara al final acompañada de un «te pillé, Mancini«. Y todo para que al final sólo hayamos creado auténtico peligro … cuando hemos puesto a nuestro nueve en cancha. Ya sabes, es lo que hay.
Y ahí está la otra cuestión: nuestro nueve. No soy sospechoso en esto: no me gusta Morata, pero no de ahora, de nunca. Ya en tiempos del Castilla el que me gustaba era Joselu … tengo un ojo clínico de la leche, eso tampoco es discutible. Pero eso no me evita reconocer que sólo cuando el bueno de Álvaro ha estado en la cancha nuestro ataque ha tenido algo de sentido. Y el gol ha sido un golazo, las cosas como son.

Si de mí hubiera dependido, de buena gana le hubiera dado el mando de las operaciones a Gerard Moreno, ya sabes, el máximo goleador español esta temporada, es decir, peccata minuta, como todo el mundo sabe. Pero eso tampoco me evita reconocer otra cosa más que evidente: el bueno de Gerard no ha estado al nivel que le presuponía.
Y en esas estábamos, discutiendo sobre churras o merinas, cuando llegamos a los penaltis, y ahí el fútbol nos ha vuelto a mostrar una cosa que suele hacer con demasiada frecuencia: su crueldad. Porque no me digas que no es sádico que los dos mejores jugadores de los nuestros, a la sazón, Dani Olmo y Morata, hayan sido precisamente los que hay fallado sus lanzamientos.
Y es que resulta que no, que los penaltis no son una lotería, no es un sorteo en el que se compran los boletos y se espera a ver qué pasa. Cuenta el cansancio, la presión, los nervios, la intimidación del portero contrario, el ánimo de tus compañeros y lo más importante: la confianza en tus posibilidades.

Suele pasar, por desgracia, que el jugador de fútbol no suele ser muy crítico consigo mismo y siempre considera que está más que preparado para estos momentos. Y aunque seguramente habelos, hailos, no me viene ahora mismo a la memoria nadie que haya dicho «mister, no estoy en condiciones». Ya sé que es ventajista decir esto ahora, pero vistos los antecedentes y la liga en la que juega, igual alguno no debería haber lanzado nada hoy, tú ya me entiendes. Ya sabes, es lo que hay.
En resumen, que me quedo con lo bueno: excelente papel de la selección que terminó enganchando hasta a los más escépticos. Llegar a semifinales y haber estado a un paso de la final tiene mucho mérito y así hay que reconocérselo. Pasado mañana, como quién dice, será el Mundial, al que llegaremos con más experiencia y más conjuntados como equipo. Con que no nos vacilen durante el sorteo antes de los penaltis, ya tendremos mucho ganado.
En fin, que sí, que esto es lo que hay … y lo que hay tiene, a pesar de los pesares, muy buena pinta. Creo sinceramente que hay futuro y muy bueno. Espero contarte por aquí, y dentro de no mucho, los éxitos de los nuestros. Confía, que el futuro se presenta esperanzador. Nos leemos.

Categorías:Fútbol