
Creer que un enemigo débil no puede dañarnos, es creer que una chispa no puede incendiar el bosque.
Muslih-Ud-Din Saadi (1184-1291) Poeta persa
Hola qué tal, cómo estás. Gracias por pasarte de nuevo por aquí. Como ya sabes que me gusta quitarme lo malo de un plumazo, voy a decirlo sin más dilación: el partido ha sido un peñazo, de lo peorcito que he visto en mucho tiempo y con dos equipos intentando jugar a algo que por momentos ni de lejos se le podía llamar fútbol. Tenía que decirlo y dicho queda.

Pero hete aquí que a veces, más de las que creemos, gana el que más lo busca, el que más ganas le pone y el que más cree en la victoria … no sabes cómo se va a conseguir, pero sabes, intuyes o barruntas que al final nos vamos a llevar el gato al agua. Estaba claro que tenía que suceder y …
Sucedió
Sucedió que la cosa no pudo comenzar mejor: gol a favor a los 8 minutos, la sensación de que dominábamos el partido y ese intuir que por fin no íbamos a defraudar en un enfrentamiento directo con Suiza. Y es que lo teníamos todo de cara, y posiblemente ahí radicó el problema.
Porque sucedió también que no estamos para tirar muchos cohetes. Y es que nuestros centrales no conocen la palabra contundencia, nuestro centro del campo (excepción hecha de Pedri) agota sus fuerzas muy pronto y nuestros delanteros … pues qué quieres que te diga.

Que no hay partido en el que uno de los, ya sea Morata o ya sea Gerard Moreno, no nos desesperen hasta extremos que rozan el paroxismo. Hoy le ha tocado ser carne de meme al del Villarreal, y a ciencia cierta que se lo ha ganado a pulso. Menos mal que marcó su gol en la tanda de penaltis, porque caso contrario, habríamos tenido cachondeo hasta el final de los tiempos.
También puede resultar muy fácil meterse con Luis Enrique. Sea cual sea la alineación que saque, siempre echaremos en falta a alguien … principalmente a uno de nuestro equipo. Y es esa precisamente la ventaja que, como madridista, tengo: no hay nadie de mi equipo, por lo que todos me parecen bien, pero a la vez ninguno me convence. No trates de comprenderlo … ya sabes que hay cosas que la razón no entiende.
Por ejemplo, no me duelen prendas en reconocerte que tanto Jordi Alba como Pedri (al que creo que el seleccionador no le ha hecho ningún favor quitándole de en medio a la hora de los penaltis) están haciendo un muy buen campeonato, diría que incluso excelente por momentos. Pero, paralelamente, puedo decirte, sin que eso suponga ninguna pista sobre el estado de mis facultades mentales, que preferiría ver a Gayá y, sobre todo, a Thiago en su lugar.

De la misma forma puedo contarte que creo firmemente que Pau Torres es un pedazo de central como la copa de un pino … pero visto el bajo rendimiento con el que nos está obsequiando en este tornero, creo que hasta el mismísimo Busquets me daría más confianza en esa posición.
Y qué decir del caso de Marcos Llorente: ha pasado de ser titular (sin que nadie le pusiera un pero a ello) a ser casi la última opción en los cambios. Por lo menos hoy, cuando ha saltado al campo ha aportado frescura (mental y física), llegada y remate. Es decir, todo lo que no podía hacer jugando de lateral derecho y que ha venido haciendo durante toda la temporada.
Pero sucede que el que hace las alineaciones es Luis Enrique y que, por una razón o por otras, al final parece que siempre acaba dando con la tecla que nos acaba haciendo ganar los partidos. Démosle por tanto el mérito que se ha ganado y que, por encima de gustos, merece.

Al principio de la Eurocopa pensé que a esta selección le había llegado el torneo demasiado pronto. Una grupo y unos jugadores insultantemente jóvenes en su inmensa mayoría y a los que, pensaba yo, les faltaba un añito más para terminar de explotar como conjunto, un último hervor. Sí, has pensado lo mismo que yo: justo para el próximo Mundial.
Y no es por nada, pero creo que algo de razón sí llevaba. Partido tras partido el equipo va creciendo, va sumando adeptos a la causa, va generando ilusión entre los aficionados (tema éste más importante de lo que nos pensamos) y, para rematar, hoy ha pasado su particular rubicón.

De la misma forma que aquella famosa tanta de penaltis contra Italia en la Eurocopa de 2008 fue el comienzo del más exitoso ciclo de la selección española, quién nos dice que la de hoy no sea también el comienzo de algo importante. De momento ha servido para que se termine el debate en la portería … algo es algo.
En resumen, que sucedió que mucho tiempo después volvemos a estar en semifinales de un torneo importante, que nos jugaremos los cuartos contra Italia el próximo martes y que sí, que es verdad, que esta selección engancha y que, a pesar de tantos dimes y diretes, de memes por aquí y más memes por allá, estamos a las puertas de conseguir algo grande. Que no decaiga la fiesta, es lo único que pido. Nos leemos.

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