
Los del Sevilla obra de Fernando y Rakitic (p)
La sabiduría inútil sólo se diferencia de la tontería en que da mucho más trabajo.
Proverbio sueco
Hola qué tal, cómo estás. Bienvenido un día más a este rinconcito de madridismo. Se me hace muy difícil comentar partidos como el de hoy, en serio te lo digo. He estado de mala leche antes, durante y después del partido … y a cada momento ha ido aumentando. Así es imposible escribir nada, espero que lo comprendas.

No obstante, haciendo de tripas corazón (y más que nada, para que el editor de esta web no me suelte una colleja) voy a intentar contarte mi visión sobre el partido de hoy, la convocatoria (la de hoy y la del miércoles), la alineación (la del miércoles y la de hoy), los cansancios, la gestión del grupo, el BAR y el VAR, las flores, el respeto, el no rendirse y el ganar la Liga. Así que, sin más dilación …
Vamos al lío
Antes del partido, únicamente me fastidiaba una cosa: no haber hecho más en el partido de vuelta de la Champions. Resulta que el día que nos jugamos pasar a otra final más, nos inventamos mil y una combinaciones sin sentido con el único fin de que Ramos, Mendy y Hazard pudieran jugar. Y resulta también que para el partido de hoy los dos primeros no van ni convocados y el tercero no sólo no juega de inicio si no que además no es ni tu primera opción a la hora de los cambios. Las cosas de Zidane.
En fin, me olvido ya del partido en Londres y me centro en éste. Por lo menos hoy volvemos a lo tradicional, es decir, a poner a un lateral derecho a la derecha, a uno zurdo a la izquierda y a dos centrales en el centro. Juega Valverde de inicio, los tres tenores son siempre una garantía, Benzema este año es Dios y Vini Jr, como nunca sabes cómo va a resultar, pues terminas esperando siempre lo mejor de él.

Y comienza el partido … y comenzamos a correr detrás de la pelota. Nos cuesta un mundo robarla y únicamente nos hacemos con ella cuando el Sevilla acaba la jugada. Pero, oye, no hay problema, ya sabes, el que no se consuela es porque no quiere. Igual en una de estas cogemos una contra y la metemos padentro.
Y entonces ocurre: Vini se hace con la pelota, abre para Odriozola que avanza y pone un centro maravilloso (chúpate esa, nave del misterio) que Benzema convierte en gol. Pero hete aquí, que parece ser que Álvaro tenía la punta de la bota adelantada … fuera de juego y gol anulado. Vale, te cabreas, pero sigues siendo positivo: este es el camino, vamos a por ello.
Y de repente llega la primera jugada clave del partido: Casemiro pega un fuerte pisotón en el campo al lado de un contrario y como consecuencia mata cuatro hormigas. El jugador del Sevilla (no quiero saber quién era), dolorido por la muerte de esos entrañables animalillos, se pone a llorar, a gritar y a revolcarse sobre el césped, el mismo césped que está manchado con la sangre de cuatro inocentes … y el colegiado, que sufre al ver a otros sufrir, pita falta, le saca cartulina a Case y sin darse cuenta (ironía modo on) propicia el primer gol del Sevilla y me provoca la primera gran subida de tensión.

Pero, bueno, no pasa nada. Tranquilidad en el frente. Si algo hemos demostrado en más de cien años de historia es que sabemos encajar y levantarnos. Y a ciencia cierta que los jugadores lo están haciendo. Aprietan los dientes y se van hacia adelante. Presionan al rival, roban algún balón en zona defensiva sevillista y no cae el gol del empate casi de casualidad. A esto alguno lo llama regalos de la defensa hispalense … siempre demérito del rival, nunca mérito nuestro. Ya debería estar acostumbrado, es lo que hay. Seguimos.
Y comienza la segunda parte y damos un paso, otro más, adelante. Y nos hacemos con el mando del partido, y comenzamos a jugar pues bastante bien, la verdad, para qué te voy a mentir. Moviendo la pelota de un lado a otro con paciencia, con mucha paciencia, buscando el hueco definitivo. Sí, ya sé lo que vas a decir: que precisamente no soy yo un defensor de ese tipo de juego … pero no pasa nada, tú haz cómo si no lo hubieras leído.
Pero, a pesar de todo, el gol del empate no llega. Y, claro, uno de es de piedra. Me levanto, me pego a un lado de la tele, resoplo, cambio de lado, resoplo más, insulto a Marcelo (seguro que él sabrá disculparme), me siento, me vuelvo a levantar, resoplo otra vez … y así en bucle hasta que Asensio hace el gol del empate. Ahora vas y lo anulas otra vez.

Y entonces sí, entonces es cuando digo que el partido y la Liga son nuestros. ¡¡¡Santiago y cierra España!!! ¡¡¡Sus y a por ellos!!! Cero dudas en ese momento de que iba a caer el segundo nuestro y hasta el tercero si me apuras. Pero, cómo te lo diría yo, a ver cómo te lo explico, a ver cómo ñkasñ ljñl aslñijuas ñlsadjkñask jñaaskfa jasñlfas te lo cuento: de repente llega EL MOMENTO DEL PARTIDO (otro más, claro).
Empezaré por reafirmar una cosa que ya he comentado por aquí muchas veces: a mí dame VAR. Cien por cien a favor de su existencia, de su aplicación y de su todo lo que quieras. El problema no es el VAR, el problema son los que lo manejan y aplican, porque te seré claro: no han jugado al fútbol en la puñetera vida, tienen escaso o nulo conocimiento del juego y no serían capaces de ver un mechero ni aunque les estuviera quemando la cara. Eso no es el VAR, eso es el BAR.
Y en el BAR, ya lo sabes, todo es interpretable … según ese día haya salido el sol por Antequera, lo haya hecho por Bilbao o te hayas metido entre pecho y espalda más o menos cervezas. Nunca en la vida, en ninguna circunstancia, bajo ningún concepto, precepto, ley o estatuto de autonomía, puede ser punible que el balón después de un rebote te dé en la mano estando de espaldas. Y eso sólo lo sabe el que ha jugado al fútbol … es decir, todo el mundo menos el equipo arbitral.

Pero, fíjate, para que luego no se diga … voy más allá: te compro que es penalti, venga. Toda mano en el área es penalti. Si ese es el criterio, pues no hay nada más que decir … salvo que ésa no es la pauta porque si así fuera, por la misma regla de tres, minutos antes nos habrían pitado un penalti a favor por manos en el área del Sevilla. Lo que me autoriza a afirmar que el problema no es el criterio en sí, el problema es aplicarlo en función de si la jugada nos favorece o no.
Total, que comienza el esperpento: el VAR que avisa, el árbitro que se acerca al monitor (si es que hasta se le ve como toca la pantalla con el dedo haciendo que está revisando a fondo la jugada … hay que joderse), y se inventa un penalti que se convierte en el uno a dos. Mi tensión arterial y, por qué no decirlo, mis buenos modales (no te rías, que te veo) saltan por los aires.
Pues no es por presumir, pero ni por esas que me vine abajo. No sé si era la mala leche, la adrenalina o la novena cerveza (creo, después de la segunda perdí la cuenta) … pero el caso es que tenía claro que hoy no nos íbamos de vacío. Y así fue gracias a D. Toni Kroos … y no acabó la cosa mejor porque Case tenía hoy el punto de mira un poquirritín desviado. Para que luego hablen de jardines, flores y plantas varias.

Cagon mi mantu: si hasta han cabreado a dos santos como Zidane y Kroos, con eso te digo todo. En fin, como estás viendo, soy de venirme arriba muy fácil y hoy no va a ser menos. Por tanto, me voy a mojar; si nos dejan, esta Liga es nuestra, no me cabe ninguna duda, si nos dejan … si nos dejan. Próxima parada el jueves a las 22:00 en Granada contra el equipo local. Si nos dejan, por aquí te lo contaré. Nos leemos … si nos dejan.
Si nos dejan
Nos vamos a querer toda la vida
Si nos dejan
Nos vamos a vivir a un mundo nuevo
Yo creo podemos ver el nuevo amanecer
De un nuevo día
Yo pienso que tú y yo
Podemos ser felices, todavía
(Luis Miguel, Si nos dejan … cuál iba a ser el título si no)

Categorías:Fútbol