El alma resiste mucho mejor los dolores agudos que la tristeza prolongada.

Jean Jacques Rousseau (1712-1778) Filósofo francés.

Hola qué tal, cómo estás. Bienvenido a este entristecido, apenado y cariacontecido rinconcito de madridismo. Podemos darle todas las vueltas que quieras, hablar de lo divino y lo humano, del frío o del calor, de churras o merinas … pero que esto se veía venir no lo pone en duda ni el apuntador.

Porque, seamos sinceros, nada de lo que ha pasado hoy no nos había pasado ya antes: inicio prometedor, dominio del partido que no materializamos en gol, descanso, volvemos dormidos, nos hacen un gol y nos convertimos en la nada más absoluta, tanto que estoy seguro de que si nos hicieran una prueba daríamos ….

Encefalograma plano

Había un tiempo no muy lejano, ya me perdonarás que me ponga en plan abuelo cebolleta, en que esperaba la llegada de cada partido de los nuestros con ilusión. Cuando jugábamos en el Bernabéu salía con tiempo de casa, recorría los alrededores del estadio para empaparme bien del ambiente, compraba un bocadillo y me iba para la grada. Veía al equipo calentar y sólo con eso ya se intuía que íbamos a pasar un buen rato. Si el partido era fuera, me preparaba unas viandas (cerveza, vino, gin tonic, jamón, frutos secos … según la hora a la que se jugara), me sentaba en el sofá … y a disfrutar. Porque aún en las derrotas, que las había, te quedabas con las sensación de que el equipo había saltado al campo, había jugado y había puesto todo de su parte.

Pero, aaaaaaaaaaaamigo, de repente parece como si todos los días fuera un partido de solteros contra casados … con la diferencia de que nosotros somos ambos (los casados y los solteros) y el contrario es el policía que nos manda para casa en cuanto ve que nos desmelenamos un poco. Que falta de juego, que marear la perdiz sin sentido, que poca profundidad, que escaso empuje, que falta de calidad y, sobre todo, qué moral más frágil y qué manera de bajar los brazos a la primera dificultad en forma de gol del contrario.

Y es que por mucho que intento encontrarle una explicación, qué quieres que te diga, no soy capaz de hacerlo. Porque, por ejemplo, ¿cómo explicar la pose de Varane en el primer gol? ¿cómo es posible que Mendy tire a puerta desde el pico del área pequeña y el balón acabe en fuera de banda? ¿por qué hace cambios antes el equipo contrario yendo por delante en el marcador que nosotros palmando? ¿por qué el Shakhtar únicamente nos ha hecho goles a nosotros? ¿grabará Spielberg una nueva película titulada «Salvar al soldado Asensio«? ¿por qué se construyen hospitales sin quirófanos? ¿a qué huelen las nubes? Si tienes respuesta a una sola de estas preguntas, ya sabes más que yo (que para eso tampoco hay que estudiar mucho, ya te aviso).

Pero hete aquí que cuando crees que ha llegado el final, has tirado la toalla y estás apunto incluso de quemarla … resulta que va el Inter y gana en Alemania al Borussia. Y de repente sale, un poquiiiito, el sol, te pones a echar cuentas y te encuentras con que si ganamos a los alemanes aquí en casa estaremos clasificados y que si encima el Inter gana a los ucranianos … pasaríamos como primeros de grupo. Dime si no es para descojonarse vivo. Cantaba Serrat aquello de que «nunca es triste es la verdad, lo que no tiene es remedio» y parece que puede tener visos de equivocarse, porque es verdad que somos un equipo triste pero, oye, que igual algo de remedio, aunque sea temporal, tiene.

En fin, no te quiero entretener más. Eso sí, agárrate fuerte que vienen curvas: el sábado partido de Liga contra el Sevilla en el Pizjuán, para seguir el miércoles día 9 en casa contra el Borussia para resolver la fase de grupos de la Champions y acabar el sábado día 12 también en casa contra el Atleti en una nueva jornada de Liga. El fútbol es muy grande y por cosas como la de hoy es el deporte rey (no confundir con el rey de los deportes). En fin, lo que sea y lo que pase te lo contaré por aquí. Nos leemos.