
Los del Inter obra de Lautaro y Perisic.
La belleza del mundo que tan pronto perecerá tiene dos filos, uno de risa, otro de angustia, partiendo el corazón en dos.
Virginia Woolf (1882-1941) Novelista y editora británica.
Hola qué tal, cómo estás. Bienvenido a este rinconcito de madridismo versión Champions. Primeros de noviembre y primera final. Sí, has oído bien: una final. Si estamos así a estas alturas no quiero ni imaginarme cómo estarán nuestros cuerpos y corazones allá por el mes de Mayo. Dos lecturas que podemos sacar hoy: la primera, que seguimos ganando las finales …. y la segunda, que vamos a sufrir, y mucho, los próximos meses. Dicho de otra forma, que nadie nos va a quitar de encima esta maldita, perversa y malvada …
Angustia
Porque es esto y no otra cosa lo que nos espera. Angustia por ver a Marco Asensio deambular cual alma en pena por el campo: no encara, no centra bien, no defiende, casi no ataca, hace un buen tiro a puerta .. y ahí se acaba toda la historia, como si ya hubiese echo más que suficiente. Eso sí: echa el balón para atrás cada vez que lo recibe como los propios ángeles, las cosas como son.

Angustia por ver a Courtois sufrir ante cada ataque contrario viendo cuan blanditos estamos en defensa, lo fácil que es hacernos ocasiones, lo más fácil aún que es meternos un gol, el miedo atroz cada vez que un balón surca el área y el acojone cada vez que tenemos que sacar la pelota jugada desde atrás. Porque esa es otra: la mayor parte del partido, concretamente un poco de la primera parte y toda la segunda, nuestra forma de sacar el balón ha sido moverla de un lado para otro, de Lucas a Mendy y viceversa, pasando por Sergio y Varane, izquierda a derecha, derecha a izquierda, hasta que, ahogados por la presión, se la dábamos a Thibaut para que lanzara un pelotazo hacia adelante … pelotazo que en la mayoría de las ocasiones significaba regalarle el balón al Inter.

Angustia de ver como la pelota no nos dura más de 5 toques, de descubrir que no hay desmarques (el único de todo el partido fue el que hizo Vinicius en el preámbulo del tercer gol), de ver como todo el mundo la quiere al pie, de no entender cómo es posible que teniendo a «jugones» como Hazard, Vinicius o Rodrygo … no seamos capaces no ya de regatear y desbordar al contrario sino de ni tan siquiera intentarlo.
Angustia después de comprobar que ni siquiera poniéndonos con dos goles por delante y jugando en casa podemos dar el tema por zanjado y vivir un poquito tranquilos (que tampoco pedimos mucho más, visto lo visto). De verificar que no nos sobra nada, es decir, que estamos con lo justo. Que, de momento, no hay más, que esto es lo que hay, que …. en fin, que qué más quieres que te diga.

Angustia, al fin, al certificar que la alegría que a pesar de todo tenemos en el cuerpo, nos dudará muy, muy poquito; concretamente hasta que llegue el próximo partido (domingo, 21:00 horas, en Mestalla contra el Valencia) y volvamos a nuestro habitual estado de, sí, lo has adivinado: angustia.
En fin, gracias por llegar hasta aquí. Nos leemos pronto, porque esto no para … el fútbol y la angustia, los dos.

Categorías:Fútbol
Angustia Madridista = Pupas Atletista
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