No son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino.

Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino.

Hola qué tal, cómo estas. Gracias una vez más por pasarte por este rinconcito de madridismo. Ya siento ser tan directo así de primeras pero estoy total y absolutamente convencido de que el de hoy ha sido el peor partido de los nuestros en los últimos años, tanto por actitud como por aptitud. En resumen, una grave, molesta y peligrosa …

Negligencia

Aunque también podía haber titulado esta columna como desinterés, desidia, apatía, desgana, indolencia …. y todo aquello que se te pueda ocurrir y que pegue con no querer hacer las cosas, pensar que esto no va contigo, no tomarse todos y cada uno de los partidos con el interés que la competición y los aficionados merecemos, creer que los partidos se ganan sin esfuerzo y que los goles caen como fruta madura del árbol, suponer que los rivales pequeños vienen a Madrid a pasearse, tomar el sol y comprarse unas camisetas en la tienda oficial del club y pretender que los aficionados traguemos con esto sin mayor problema.

No, así no, de ninguna de las maneras. Si hay jugadores que no están a la atura del club pues se dice si problemas. Cómo vería el primer tiempo el míster que, a pesar de que tiene prohibido por contrato hacer cambios antes del minuto 60, en el descanso hizo ¡¡¡cuatro de una tacada!!!

Venga, de perdidos al río: voy a mojarme. Ni Marcelo, ni Lucas Vázquez, ni Nacho, ni Jovic y, si me apuras, ni Isco … tienen ahora mismo nivel para jugar en el Real Madrid. Lo peor de todo es que algunos, casos de Marcelo y Lucas, lo vienen demostrando desde hace mucho tiempo … pero bastantes partidos después, aquí siguen los dos. Y más le vale a Marco Asensio espabilar … porque al nivel que lleva exhibiendo últimamente unido al que ha exhibido hoy, no tardará mucho en convertirse en otra rémora.

Ni una jugada trenzada, ni un desmarque, ni un pase en profundidad, cero movimientos sin balón, pasividad en defensa, incompetencia en el centro del campo y nulidad en ataque. Asusta, y mucho, pensar que lo único positivo del partido de hoy haya sido el pitido final que daba por acabado este suplicio. Casi hubiera sido mejor que el partido se hubiera jugado a las 4 de la tarde … así habríamos aprovechado para echarnos una siestecita y nos habríamos evitado tener que vez este bochornazo.

Algunos vendrán a hablarnos sobre lo mucho que nos afectan los parones de selecciones blandiendo estadísticas que apoyan esa aseveración; o de que más de un jugador estaba pensando en el comienzo de la Champions, verdadero motor del espíritu madridista, o en el próximo partido de liga en el Camp Nou, más que en el partido de hoy. Y seguirán que si bla, bla, bla, que si fíjate tú lo que nos han dado estos jugadores, que hay que tener memoria, que si periodo de transición, que si churras o que si merinas. Y después de todo eso lo que realmente quedará es la tremenda cagada de hoy para la que, ya lo siento, no hay ni debe haber ningún tipo de excusa.

No me olvido, lógicamente, de Zidane. Porque si, con toda la razón del mundo, le damos el mérito en la victorias pues, ajo y agua, hay que darle la mayor de las responsabilidades no ya en las derrotas, que también, sino en las mascaradas infames como la de hoy. Es verdad que al menos en el descanso, saltándose todos sus preceptos morales, lo ha intentado … pero, amigo, cuando es que no, es que no. Otra cosa distinta es que deba tomar cumplida nota del comportamiento de muchos jugadores en el día de hoy y actuar en consecuencia … no vaya a ser que, encima de perder, nos quedemos sin sacar enseñanza alguna. Estaremos atentos para que no comencemos con los típicos mensajitos de «pasar página«, «mirar hacia adelante«, «una mala tarde la tiene cualquiera«, «no nos hemos encontrado cómodos» etc etc etc.

En fin, lo dejo ya, que no quiero echar a perder lo que queda de fin de semana. Próximas paradas el miércoles en casa contra el Shakhtar Donetsk en la vuelta de la Champions seguido del Clásico el sábado en Barcelona. A ver si es verdad que nos estábamos «reservando» … madre mía lo que hay que aguantar. Gracias por pasarte y llegar hasta aquí. Nos leemos.

Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.

Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.