Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde.

Hola qué tal, cómo estás. Bienvenido de nuevo a este rinconcito de madridismo. Hoy, no me preguntes por qué, me ha dado por ponerme nostálgico. Cosas que me pasan o, mejor dicho, cosas que me pasan viendo a este Real Madrid. No soy de los que ante cualquier revés te sueltan aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor … pero oye, qué quieres que te diga, algunas veces, y hoy es una de ellas, me agarra la añoranza y digo eso de …

Qué tiempos aquellos

Comenzaré por lo obvio: épocas como la actual en las que no hemos jugado a nada ya las hemos tenido antes. Quiero decir que no siempre mirar para atrás es sinónimo de mirar para algo mejor. Lo que pasa es que incluso en esas épocas oscuras cuando llegaba la oportunidad de sacar provecho de una situación; cuanto se tenía la oportunidad de poner tierra de por medio con los rivales; cuando tenías la oportunidad de dar un puñetazo de autoridad sobre la mesa; cuando intuías que el momento había llegado … se sacaba provecho, se ponía tierra de por medio, se daba un puñetazo sobre la mesa y así llegaba el momento, nuestro momento.

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Y entonces resulta que tienes ahora la oportunidad de aprovecharte de los resbalones del Barça y del Atleti; sacarles unos puntitos que sabes a ciencia cierta que vas a necesitar; poder decir aquello de «aquí estoy yo y estos son mis poderes» … y vas te quedas compuesto, sin liderato y sin autoridad, es decir, tirando tu momento a la alcantarilla.

¿Oportunidad perdida? pues sí … lo que pasa es que no es una hecho aislado es otra más … y ya van muchas, diría que demasiadas.

Y ahora van todos los entendidos, gurús y doctores en madridismo y me vienen a hablar del VAR en vez de hablarme de las decisiones de Zidane, de la baja forma de Modric y de que Benzema, a pesar de todo, no es un goleador. Háblenme sobre por qué cuando por fin uno de los llamados a meter goles consigue estrenarse en el partido anterior, con el subidón que para un goleador eso supone … vas y no le pones en campo hasta el minuto 83. Háblenme sobre por qué Hazard sigue escondido en algún lugar de Londres y en su lugar nos ha enviado a un primo suyo que se llama igual. Explíquenme por qué cada vez que el rival se acerca a la portería me entra el baile de san vito. En definitiva, cuéntenme por qué seguimos sin jugar absolutamente a nada.

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Hubo un tiempo en que estas oportunidades no se tiraban a la basura. Me da la sensación de que el día que sepamos el porqué de estas cagadas estaremos más cerca de dejar de perpetrarlas. Puedes apuntar esta sentencia en la lista de verdades de perogrullo lo cual no quita que sea necesario sacarla a pasear de vez en cuando.

En fin, próxima parada el miércoles en Champions en casa contra el Galatasaray. Una oportunidad de dejar sentenciado el pase a la siguiente fase. A ver si esta vez no tenemos que acordarnos de nada ni de nadie. Ya te contaré.