Gol de Benzema. El del Valladolid obra de Sergi Guardiola.
La novedad atrae la atención y aún el respeto, pero la costumbre lo hace desaparecer pronto; apenas nos dignaríamos a mirar el arco iris si éste permaneciese por mucho tiempo en el horizonte. (Berthold Auerbach)
Hola qué tal, cómo estás. Bienvenido de nuevo a este rinconcito de madridismo. Verás, uno de los oficios que más envidio es el de escritor y, por añadidura, el de periodista. Esto de sentarse ante una hoja en blanco y ser capaz de dibujar no ya un artículo sino un libro entero, es algo que me maravilla. Saber plasmar en unas líneas una idea, poder describir un acontecimiento, expresar de forma clara sentimientos o desarrollar un relato o una historia es algo que me deslumbra y me fascina. Por eso, entre otras razones, me embarqué en la aventura de este blog, en el lance de tener que contar un partido de fútbol cada vez haciendo hincapié en una cosa diferente … que tampoco se trata de contarte, y aburrirte, siempre con lo mismo. Y, claro, llega un partido como el de hoy, un partido que ya hemos visto ciento de veces en los últimos años y me hago LA PREGUNTA definitiva ….
Qué te cuento yo ahora
Y es que nada de lo que ha sucedido hoy es nuevo, todo ha ocurrido en los últimos meses con un paralelismo que, te digo la verdad, a veces llega a asustar.
Empezando por la alineación: los mismos de los últimos años, con las mismas virtudes (atenuadas por el paso de los años) y los mismos defectos (agravados también por la misma razón temporal).
La misma lentitud en la circulación del balón, la misma escasez de desmarques, las mismas lagunas defensivas (no recuerdo cuando fue la última vez que dejamos la portería a cero), el mismo toque sin sentido y sin profundidad alguna en el centro del campo y la misma nulidad en ataque. No se trata, o no solamente, de que no le hagamos un gol al arco iris es que, en general, no hay una idea de juego, no sabemos a qué jugamos y todo lo fiamos a la inspiración individual (como ha pasado, por ejemplo, con el gol de Benzema).
Me molesta sobre todo esa suficiencia del que cree que el gol va a llegar por sí mismo y en cualquier momento. Esa misma falta de tensión que se genera cuando entra el primero y ya creemos que está todo hecho. Esa inutilidad que se manifiesta cuando eres incapaz de defender el marcador cuando quedan 5 minutos de partido y en tu propio estadio.
No volveré a insistir de nuevo con esa frase de Einstein que ya te he comentado en otras ocasiones respecto a la necesidad de hacer cosas diferentes para obtener resultados distintos. La cabra siempre tira el monte y nosotros no perdemos ocasión últimamente para bañarnos en la mediocridad más absoluta.
En resumen, que no es que nos falte chispa … es que no sabemos ni lo que es un mechero.
La próxima estación del Via Crucis será en Villarreal. Ya te contaré … si es que encuentro algo que contarte, claro. Nos leemos.
PD. Volvió James … más de lo mismo también. Creo que debería, por su propio bien, aprovechar esta segunda oportunidad que el destino le ha concedido.
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