El mundo exige resultados. No le cuentes a otros tus dolores del parto. Muéstrales al niño.

Indira Gandhi (1917-1984) Estadista y política hindú.

Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido un día más a este pequeño y minúsculo rincón de madridismo. Segundo partido de Liga, segundo fuera de casa y segunda victoria. Si es verdad lo que he leído últimamente en los medios «serios» patrios sobre que el Real Madrid se ha puedo como objetivo ganar los tres primeros partidos fuera de casa (nervioso estoy por saber cuál será el objetivo en el resto de partidos de la temporada), pues se puede decir entonces que vamos por el mejor de los caminos.

Nos ha dejado este partido varias notas entre certezas, esperanzas, evidencias e ilusiones. Además de, como siempre, cosas buenas y cosas, digamos, no tan agradables. Voy a ver si consigo detallártelas y explicártelas todas ellas. Vamos al lío.

La alineación (sí, otra vez)

Parece que Carletto tiene meridianamente claro cuál va a ser su equipo titular y que de momento únicamente va a ir retocándolo por simple y pura necesidad: ¿molestias de Camavinga? Kroos al campo. ¿lesión de Militao? Rüdiger, a jugaaar. Me gusta la idea, para qué te voy a mentir. Me gusta aún más sabiendo que ahora mismo entre los fijos están Tchouameni o Fran García, por ejemplo.

Me gusta ver que Fede Valverde vaya recurando el tono que perdió en algún momento / instante de la temporada pasada. Que Carvajal muestre en agosto cosas que normalmente sólo dejaba ver a partir de mayo. Que Vini se una a la nómina de goleadores y que Lunin, aunque posiblemente pudo hacer más en el gol del Almería, vaya a ser una durísima competencia para Kepa. Por cierto, se sigue demostrando aquello de las cuñas y la madera … lo digo por el gol, y por el partido en general, de Arribas.

Jude (sin Hey)

Better, better, better, better, better, oh, yeah

Ya sabes, porque te lo he dicho en varias ocasiones, lo mucho que por estos lares nos gusta lanzar las campañas al vuelo. No por nada el de la lechera es el cuento que más a menudo relatamos. Y creo que está bien y es hasta bueno que así sea porque ¿qué sería de nosotros los aficionados sin nuestro granito de ilusión? ¿a cuento de qué íbamos a ir felices y contentos Castellana arriba? ¿a ver a Drenthe? ¿a Gravesen? ¿a Faubert? ¿a celebrar haber ganado el Trofeo de la Galleta?

Jude Bellingham es un pedazo de jugador, es tan sumamente bueno, ha entendido tan rápido qué es y qué significa ser jugador del Real Madrid; que es total y absolutamente lógico que ahora mismo el número total de cántaros llenos de leche haya alcanzado límites estratosféricos y que tengamos que ir por la calle mirando constantemente al cielo por si en una de estas te llevas un campanazo.

Ni siquiera los friquis que de vez en cuando somos capaces de meternos un Dortmund – Hoffenheim entre pecho y espalda, esperábamos esta irrupción tan espectacular en nuestra liga. 20 añitos namás tiene la criatura.

Take a sad song and make it better

Fran García

No es Roberto Carlos ni es Marcelo. Tampoco Camacho ni Gordillo. No se parece a Theo Hernández y tampoco a Mendy. No va a ganar el balón de oro y posiblemente tampoco le incluyan a final de temporada en los equipos ideales de Liga o Champions. Como diría el bueno de Toño: ni falta que le importa.

Pero es un gran defensor, sabe nadar y guardar la ropa, mantiene siempre su zona bien protegida y cuando sube al ataque aporta velocidad, desmarque y desborde a raudales. No se cansa, sabe cuál es su sitio y lo que se espera de él, y cumple con creces con esa misión. Sólo le falta quitarse un poco los nervios, terminar de entenderse con Vini (los buenos siempre acaban haciéndolo) y que sus compañeros le miren cuando se desmarca. Confianza plena en el de Bolaños de Calatrava.

Defensa

Acaba de iniciarse la temporada y la gente aún no está al 100%, hay que terminar de ajustar los automatismos, la baja de Militao es importantísima, los rivales se sobre-esfuerzan cuando juegan contra el Real Madrid, con estos calores hay que medir bien los esfuerzos, quedan muchos partidos por delante, la temporada es muy larga, el agua moja y el síndrome postvacacional existe.

No obstante, más allá de estos tópicos y lugares comunes, lo cierto es que el Almería dispuso de muchas y variadas oportunidades, alguna incluso en el área pequeña y varias de ellas muy, muy claras. Unas veces Lunin, otras veces Rüdiger y otras la propia inoperancia almeriense, impidieron que acabásemos con algún gol más en contra. Tema a revisar, ajustar y mejorar cara al futuro.

Y nada más de momento. Próxima parada el viernes a las 21:30 contra el Celta de Vigo en Balaidos. Por aquí te lo contaré. Nos leemos.