Rendirse ante la adversidad es mostrarse de su parte.
Diego de Saavedra Fajardo (1584-1648) Diplomático y escritor español.
Hola qué tal, cómo estás. Bienvenido a este rinconcito de madridismo. Sé que te va a sonar a lo de siempre, ya sabrás perdonarme (sobre todo si te llamas Marcos y te has pasado por aquí sólo porque viste la luz encendida); pero es que a estas horas de la noche no se me ocurre mejor definición: nos crecemos ante los retos, sobre todo ante ese tipo de retos que únicamente el Real Madrid es capaz de afrontar … y doblegar.

Por eso hoy sobre todo y por encima de todo, voy a hablarte de …
Creer
La cosa, más o menos, fue así. Acto primero:

Quedan 5 minutos y vas perdiendo por 13 puntos. Estás cansado, mucho, casi al borde de reventar. Estás a 300 segundos de tiempo efectivo de despedirte de la Euroliga. Si lo piensas bien, nadie, o casi nadie (ya sabes aquello de que hay gente pa tó) te va a echar en cara esta eliminación.
El Efes es un equipo de primerísimo nivel, que está en plena forma y que tiene a sus hombres claves con un acierto tal que parece que en vez de a canasta están tirando los balones a una piscina. Da igual que hagas la mejor defensa de tu vida, porque al final siempre estarán Larkin, Micic, Sanli, Simon o Beaubois para clavarte un triple de la forma más inverosímil, y dejarte … pues con esa cara que ya sabes a qué te recuerda.

Otros, la mayoría, se habrían dejado ir. Algunos, pocos, habrían intentado sacar fuerzas de flaqueza para dar un último arreón y perder, porque habrían perdido, de forma honrosa. Pero no el Real Madrid, no este Real Madrid, no el Real Madrid de Laso, Llull, Rudy, Garuba o Abalde … este equipo siempre piensa en ganar.
Y entonces aplicas una regla sencilla: en caso de dudas, dásela a Llull. Pues nada, dicho y hecho: parcial de 19 – 2 y la victoria, y la esperanza, que se quedan en Madrid.

Acto segundo:

Has llegado a semifinales de la Champions cuando nadie daba un duro por ti. Un lesionado por aquí, otro por allá y un positivo en COVID por acullá. También estás cansado, hasta el punto de que vas a reventar de un momento a otro. Llueve, otra vez, como si hubieran puesto encima del estadio una tubería enganchada directamente a las cataratas del Niágara.
A pesar de lo mucho que normalmente se ningunea a cualquier rival del Madrid (por aquello de quitar mérito a una posible victoria nuestra) el Chelsea es un señor equipo: bien plantado, con buena mezcla de juventud y veteranía, que mueve el balón rápido y al primer toque y con mucha mordiente arriba.

Y resulta que empieza el partido, que el rival se mueve por el campo como Pedro por su casa, sobre todo por la zona de Marcelo, que para estas cosas es un anfitrión magnífico, y que comienzan a caer las oportunidades, las suyas, claro. Courtois salva una, salva dos pero a la tercera … te cae el primer gol en contra.
Y entonces vuelves a aplicar la misma regla sencilla de antes: en caso de duda, dásela a Karim. Evidentemente haces caso (para eso están los dichos) y el bueno de Benzema te agradece la confianza con un gol de bandera. Un gol que te permite ir con esperanzas a Londres.

El resto del partido es casi un monólogo del Chelsea y un defenderse como gato panzarriba de los nuestros que, una vez más, vuelven a hacer un ejercicio de supervivencia y de equilibrismo extremo encima del alambre. Porque esto también es el Real Madrid: mantenerse de pie cuando la inmensa mayoría estaría ya en la lona.

Dicho esto, luego pasará lo que tenga que pasar. El Efes terminará eliminándonos (o no, vaya usted a saber) y el Chelsea llegará a la final (o no, siga usted sabiéndolo); pero eso no restará ni un ápice de valor a lo conseguido hoy. Por tanto, únicamente me queda pedirte que disfrutes del momento en la seguridad de que lo mejor, como siempre que hablamos de los nuestros, está por llegar.
Las próximas paradas serán el jueves a las 21:00 horas para los chicos del balón naranja, que tendrán otro match-ball contra el Efes, y el sábado a las 21:00 horas contra Osasuna para los del balompié, otra oportunidad para seguir enganchados a la Liga. Por aquí te lo contaré. Nos leemos.

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