
Estoy preparado para lo peor, pero espero lo mejor.
Benjamin Disraeli (1804-1881) Estadista ingles.
Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido una vez más a este minúsculo rinconcito de madridismo. El pasado jueves, después del partido de baloncesto de los nuestros en Estambul, se me ocurrió decir que era lógico el dos a cero con el que se habían puestos los turcos en la eliminatoria toda vez que llegábamos muy justitos y ellos son un equipazo.
Tardaron ná y menos en caerme las correspondientes collejas, pero una especialmente me dolió por encima del resto: fue cuando mi buen amigo Marcos me dijo que le sorprendía verme tan negativo. Y no le faltaba razón, por eso me hizo daño el comentario, porque en cuestiones de madridismo pocas personas habrá en el universo conocido que sean tan optimistas como yo.

Pero, claro, todo tiene un límite, hasta mi ancestral entusiasmo no exento de ánimo. Por eso hoy voy a intentar realizar un ejercicio de auto convencimiento con la confianza de acabar este humilde artículo con mejor ánimo del que lo he empezado. Por tanto, ahí lanzo la pregunta que hoy estimo fundamental:
¿Hay esperanza?
Esta pregunta tiene una doble vertiente. Comencemos por La Liga.
Primero los datos objetivos: quedan quince puntos por jugarse, nueve en casa y seis fuera. Todos nuestros rivales se encuentran entre los diez primeros clasificados. Estamos segundos a dos puntos del primero, que tiene un partido menos; y aunque le sacamos tres al tercero, éste tiene dos partidos menos por jugar. En el peor de los escenarios nos quedaríamos terceros a cinco puntos del Atleti y a tres del Barça … y uno por encima del Sevilla (que, al igual que Teruel, también existe).
Además resulta que nos cuesta un mundo hacer un gol y dependemos casi en exclusiva del bueno de Karim para hacerlos, si él no marca parece que nadie más es capaz de hacerlo. La ausencia de Kroos es un lastre más importante de lo que nos pensamos, porque es como si de repente de hubiera apagado la luz.
Sí, podemos hacer partidos solventes como el del otro día en Cádiz, pero nos sigue faltando algo, una llave, una luz, un pulsador … la tecla que nos haga pasar al siguiente nivel del juego. Modric parece que está apunto de reventar y no veo a hora mismo a nadie que pueda sustituirle con garantías. El partido de hoy es un buen ejemplo de lo que te estoy contando.

Ahora bien, fíjate en una cosa: llevamos ya varios partidos sin encajar un gol y la silueta de Courtois es más alargada que nunca. No sé cómo se las apaña, pero Luka siempre es capaz de sacar fuerzas de su interior para llegar al próximo corte, al posterior regate y al siguiente pase en profundidad.
Le tenemos ganado el goal average tanto al Atleti como al Barça y, de momento, también se lo tenemos ganado al Sevilla (que, como Teruel, también existe). Seguro que aún queda algún gol en la mochila de Benzema, algún regate inverosímil en las piernas de Vini, una galopada rompe-defensas en el motor de Valverde y un poquito de magia en la bota izquierda de Marco. Casi nada, como puedes ver.

Aclarado el panorama en la Liga, sigamos ahora con la Champions.
Multiplica por mil las dificultades ya descritas antes y te harás una idea de lo que nos espera. Súmale tres rivales que nos han dejado solos en nuestra apuesta por la Superliga (que no te extrañe que lo hayan hecho precisamente para tener algo de ventaja a la hora de que se tomen según qué decisiones, tú ya me entiendes) y añádele que hemos cabreado sobremanera a los mandamases de la UEFA (de ahí la reacción del resto de los equipos implicados).
Pero, oye, qué quieres que te diga: es la Champions y es el Real Madrid. Por ejemplo, no me digas que no tendría su guasa que eliminásemos al Chelsea precisamente con un gol de Hazard … me pongo a pensarlo y se me pone la piel de gallina. Y lo de tener la posibilidad ganar al otro inventor del fútbol … pues ya ni te cuento.

Pero lo mejor es que todos los madridistas sabemos que si hay algún equipo en el mundo que es capaz de sacar esto adelante, de ganar la Liga, obtener otra Champions, llegar a la Final Four y ganarla, llevarse para el zurrón otra Liga ACB y clasificarse, en su primer curso en la élite, para la Champions femenina del próximo año … ése es nuestro Real Madrid: preparado para lo peor pero obteniendo siempre lo mejor desde hace más de cien años.
El corazón necesita un segundo corazón. La alegría compartida es doble alegría.
Christoph A. Tiedge (1752-1841) Poeta alemán.
Pues yo no sé tú, pero ahora mismo estoy bastante mejor que antes de comenzar a escribir esta crónica. No encuentro mejor manera de afrontar nuestro próximo reto que se llama Chelsea y se apellida partido de ida de las semifinales de la Champions. Será el martes a las 21:00 horas en nuestro «campo de entrenamiento» (ya sabes, se puede ser uno de los inventores del fútbol y a la vez un bocazas). Por aquí te lo contaré. Nos leemos.

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