Goles de Vinicius y de Mariano.

La vida es un constante proceso, una continua transformación en el tiempo, un nacer, morir y renacer. Hermann Keyserling (1880-1946) Filósofo y científico alemán.

Hola qué tal, cómo estás. Bienvenido a este rinconcito de madridismo. La verdad es que hoy te podría hablar de muchas cosas. Por ejemplo del gran partido de Toni, de Thibaut o incluso de Fede. De que parece que Marcelo, al que desde aquí dí por muerto y enterrado, está renaciendo de sus propias cenizas. Podría hablarte también de la seguridad que aporta Raphaël cuando está en forma y la cantidad de huecos que tapa … muchos de ellos provocados por Sergio, las cosas como son. Y ya puestos de la pequeña mejoría de Dani y de lo mucho que hoy ha trabajado Karim: no todo en esta vida es meter gol y está claro que esta máxima esta fijada en la cabeza de nuestro nueve. Claro que lo mejor es saber que le hemos ganado al Barça con un gol de Vinicius y otro de Marino … ¡¡¡cómo no te voy a querer!!!. Vamos, que hasta podríamos disertar sobre lo fundamental que es para este equipo que Carlos Henrique esté centrado y en forma.

Pero me vas a permitir que me tome una pequeña licencia y hoy simplemente le de las gracias …

A un amigo

Todos en mayor o menor medida tenemos nuestros rituales, nuestros amuletos, nuestra prenda fetiche o nuestros talismanes; en definitiva, todo aquello a lo que recurrimos cuando las cosas no van del todo bien, cuando necesitas de algo externo que te ayude y te proporcione la fuerza suficiente para seguir adelante. En mi caso, en lo referido a lo futbolístico (y no sólo en ello) cuando parece que todo ser va a venir abajo, recurro a él.

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Tal y como solíamos hacer antes de cada partido en el Bernabéu, vuelvo a llamarle de camino y después de los saludos de rigor, después de preguntarnos y respondernos sobre cómo está la familia, cómo va el trabajo o cuándo nos volveremos a ver que ya hace un güevo y tengo aquí unas sidras esperando; nos ponemos a hablar de nuestro Madrid, del suyo y del mío, del que nos desespera unas veces, las menos, y nos enamora y nos hace disfrutar, las más. Del que es capaz de colgarse de los brazos de todo un experto en estas lides como es Courtois para luego subirse a lomos de un recién aterrizado en los partidos mayores como Vinicius y terminar preguntando aquello de ¿pero no habíamos vendido a Mariano?

Le estoy escuchando diciéndome que no me preocupe, que el Madrid, su Madrid, mi Madrid, no es que siempre vuelva es que nunca se va. Que no hay orquesta que funcione sin un buen director que la dirija y que quién mejor para hacerlo que Kroos, nuestro Von Karajan particular. Que Vinicius podrá fallar uno y hasta mil goles, pero que nunca dejará de intentarlo, de querer irse del contrario, de tirar para adelante, en definitiva, de luchar. Le veo riéndose cuando le digo que lo intenta poco, que debería probarse con el defensa más veces … y le oigo decirme «pero qué más quieres, hombre; dale tiempo». Y entonces agacho la cabeza y pienso que sí, que lleva razón y que el futuro del chico pinta bastante bien.

Recibo una merecida colleja cuando pongo en duda el estado de forma de Ramos o de Carvajal a la vez que me dice «no se discute la valía de un madridista de corazón». Y es entonces cuando intento replicarle y levanta esa manaza de oso, me mira intentando poner cara de mala leche que evidentemente no le sale y se ríe como si no hubiera un mañana.

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Hoy he recurrido a ti, mi querido y añorado amigo y, como no podía ser de otra manera, has dejado tus quehaceres, te has arremangado y nos has sacado del hoyo en el que estábamos apunto de meternos. Desgraciadamente, y visto el éxito, no voy a tener más remedio que volver a molestarte dentro de unos días ya que necesitaré que nos vuelvas a ayudar para que podamos seguir caminando por esta Champions nuestra, tuya, mía y de nuestro, de tu, Madrid. Los cacharros en Manchester corren de mi cuenta, por eso no te preocupes. Gracias por todo Toñín, sigue descansando … pero ten el móvil encendido para cuando te necesitemos de nuevo.