Lo peor que hacen los malos es obligarnos a dudar de los buenos. Jacinto Benavente (1866-1954) Dramaturgo español.
Hola qué tal, cómo estás. Bienvenido una vez más a este rinconcito de madridismo que hoy, fiel a la cita de todos los años por estas fechas, se pone la camiseta de tirantes para seguir y apoyar a nuestros chicos del basket en ese espectáculo sin igual que se llama Copa del Rey.

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Mi aún estimada RAE lo define como «Tener dificultad para decidirse por una cosa u otra» y también como «Desconfiar o recelar de alguien o algo«. En la wikipedia se añade que «puede proyectarse en los campos de la decisión y la acción, o afectar únicamente a la creencia, a la fe o a la validez de un conocimiento«. Efectivamente, lo has adivinado. Hoy la cosa va de …
Dudar
Empecemos dejando claro que dudar no es malo per se. La duda que obliga a replantearse la cosas, a revisar conceptos o bien a reconsiderar opiniones, no sólo es buena sino que es deseable y altamente recomendable. La duda es uno de los motores de la humanidad toda vez que nos obliga a verificar, a observar y a investigar; es decir, a avanzar.

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Ahora bien, cuando la duda se convierte en un capricho, cuando su sustento es una opinión basada únicamente en sí misma … se transforma en la nada. Es lo que sucede cuando se pretende convertir en verdad absoluta lo que únicamente es un criterio subjetivo sin base alguna.
Y así nos encontramos con que a día de hoy, 14 de febrero de 2020 para más señas, cuando acabo de escribirte estas líneas, aún hay gente que duda de Sergio Llull, de su capacidad de sacrificio, de su calidad, de su falta de miedo e incluso de su madridismo. Como dijo el torero «hay gente pa tó» … y la seguirá habiendo, añado.

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Mientras, él seguirá a lo suyo, es decir, a dejar la camiseta empapada de sudor, a jugarse los tiros que nadie quiere jugarse, a meter o fallar sus mandarinas, a ser el primero en cabrearse consigo mismo cuando las cosas no salgan, a darnos victorias y títulos y a celebrarlos cómo se merecen. Y nosotros, los que hemos vibrado cuando las cosas han ido bien, los que hemos sufrido cuando se ha lesionado como si su rodilla fuese la nuestra, los que nos hemos desesperados con él cuando las cosas no han salido; seguiremos confiando, seguiremos vibrando y seguiremos a su lado … porque de Llull no se duda (esto último me suena habérselo leído al mismísimo Confucio, te lo juro por la clementina que me estoy comiendo ahora mismo).
En fin, la próxima parada será el sábado en semifinales contra el Valencia Basket. Se avecina partido duro, muy duro. Te lo contaré por aquí. Nos leemos.
PD: si se te ocurre meterte en la zona estando Randolph y Tavares … no lo dudes … te llevas un tapón fijo.

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