
Chiquinho, Taremi y El Kaabi para Olimpiacos
Las palabras elegantes no son sinceras; las palabras sinceras no son elegantes. Lao-tsé (570 aC-490 aC) Filósofo chino.
Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido una vez más a este pequeño rincón de madridismo. Permíteme que te cuente una cosa: admiro profundamente a aquellos que saben en cada momento qué decir y, sobre todo, cómo decirlo. Los que tienen siempre a mano una palabra, una frase, un párrafo o un texto entero y que son capaces de expresar de forma clara y concisa aquello que piensan.
Desgraciadamente no soy de esos. En la mayoría de las ocasiones me cuesta un mundo parir cada palabra, cada frase, cada párrafo y cada texto; y sólo en contadísimas ocasiones encuentro las expresiones perfectas para exteriorizar mis pensamientos de forma rápida. Cada crónica de las aquí lees me ha costado un dolor de muelas completarla. Pero aquí sigo, inasequible al desaliento.

Lo que pasa es que hoy la cosa se está complicando aún más porque el caso es que hace ya más de dos horas que ha acabado el partido de los nuestros en Atenas y aquí estoy, intentando contarte algo que sea mínimamente potable. Y es que lo que he visto hoy ha sido a la vez tan esperpéntico y tan sumamente bello que me ha dejado …
Sin palabras
Te iba a pedir que me ayudaras y que me dijeras por dónde querías que empezara pero como esto nos alargaría sine die la confección de este artículo, espero que no te moleste si elijo yo y comenzamos por lo esperpéntico, que tomando prestados los sinónimos que tan amablemente me proporciona mi querida RAE sería lo mismo que comenzar hablando de la ridiculez, del disparate, del desatino o incluso de lo extravagante.
Sí, lo has adivinado, voy a comenzar por nuestra defensa y no me refiero únicamente a los cuatro de atrás (dejo fuera a Lunin porque el hombre, visto lo visto, bastante ha hecho, la verdad). Creo que es un hecho que se va revelando partido a partido que no sabemos defender, y creo que el mayor problema para que esto ocurra es la actitud, porque la aptitud ya se le presupone a cualquiera que vista esta camiseta.
Y esto no es sólo de ahora, quiero decir, no es algo nuevo esta temporada por mucho que, lógicamente, el responsable último sea ahora mismo el propio Xabi Alonso. En la inmensa mayoría de las ocasiones practicamos lo que he venido en denominar «defensa por aproximación» y que, básicamente, consiste en estar cerca del atacante rival con la esperanza de que sea él quien acabe perdiendo el balón.
Brillan por su ausencia la presión, la intimidación o el apremio cuando el adversario tiene el balón. Esto traducido al contexto de una jugada provoca que sean los rivales los siempre lleguen antes al balón, ya sea este antes un rebote o un remate. No parece haber tensión ni urgencia alguna en los nuestros, mas por el contrario parece que lo tuvieran todo controlado … hasta que te remata a gol desde el área pequeña un tío que está sólo.

Sí, ya sé lo que me vas a decir sobre las bajas que tenemos y esas cosas. Y también me dirás que hoy hemos jugado con un lateral derecho que sólo mira hacia adelante, con un lateral izquierdo jugando de central y con otro lateral del mismo lado que jugaba su primer partido en meses. Súmale la lesión de Camavinga (alguien tendrá que revisar lo de este hombre con las lesiones porque no es ni medio normal) y la vaguería del resto (tanto titulares como los que han entrado después) y tendrás la explicación a lo que ha pasado hoy.
Podría pensar que esto es exclusivamente una cuestión de nombres y que cuando Carvajal, Militao y Huijsen estén de vuelta la cosa no sólo mejorará sino que alcanzará cotas de eficiencia nunca vistas … pero una cosa es lo que pueda pensar y otra, la realidad, es que creo que esto es un problema más grave que, insisto, es básicamente de actitud y que únicamente se solventará cuando todos se den cuenta de ello y tomen las medidas oportunas.
Y ya puestos, otra cosa a investigar es intentan averiguar y entender el porqué de la escasa influencia positiva en el juego de los no titulares cuando saltan al campo sustituyendo a algún compañero. Pasó el otro día en Elche con Fede y Camavinga y ha vuelto a pasar hoy con Ceballos, Bellingham y Brahim (a los que salen 5 minutos ni los cuento).
Porque además no es sólo que la cosa no mejore cuando entran, es que, por el contrario, empeora notablemente. Esto sí que es un misterio y no los de la nave esa. En fin, a la espera de la evolución en los próximos partidos, dejemos esto aparcado aquí de momento. Vamos ahora con la …
Belleza
Dejando de lado que la defensa griega es aún más esperpéntica que la nuestra, cosas veredes amigo Sancho, no es menos cierto que hoy por momentos el juego en ataque del equipo se ha asemejado mucho a los mínimos exigibles para lo que debe ser el juego del Real Madrid.
Medido en tiempo efectivo no ha durado mucho pero teniendo en cuenta que veníamos de unos partidos en los que más que jugarlos lo hacíamos era perpetrarlos, pues, oye, que menos da una piedra. Sí ya lo sé, me conformo con poco, pero es que hay ocasiones en que no queda más remedio que dejar el oasis para otro momento y centrarnos en la pequeña botella de agua que guardamos en la bolsa del gimnasio.
Han sido los minutos en los que Vini ha sido Vini, es decir, en los que cada vez que ha cogido el balón se ha ido a por el defensa superándole tantas veces como ocasiones le ha encarado. El tiempo en el que ha sido el jugador desequilibrante y maravilloso que todos queremos que sea y no el desequilibrado que a veces se nos muestra. Si es uno de los que le está haciendo la cama a Xabi, hoy lo ha disimulado muy bien.

Han sido también los minutos en los que Mbappé se ha puesto en plan martillo pilón y no ha parado de moverse, desmarcarse y rematar. Cuatro goles como cuatro soles le han contemplado hoy lo que viene a demostrar que estamos ante un killer que tiene que centrarse en la portería rival y no, como el otro día en Elche, en ser el constructor de la jugada en ataque.
Para que me entiendas: Mbappé no es Benzema, ni falta que le hace, y no siendo tampoco Cristiano se asemeja y se acerca bastante al portugués. Zapatero a tus zapatos, no se me ocurre otra formas más gráfica de decírtelo.
Y por supuesto han sido los minutos en los que Arda ha encontrado su sitio y se ha dedicado a poner buenos balones a sus compañeros una vez tras otra. Que igual me estoy tirando a la piscina y diciendo alguna tontería, pero el caso es que no deja de ser cuando menos curioso que las mejores prestaciones del turco se produzcan precisamente cuando no coincide con Bellingham en el verde. Aquí lo dejo para ver cómo evoluciona esto.

En fin, vamos …
Acabando
Por lo demás ha sido otro partido más en el que la dirección de campo de Xabi ha sido, cuanto menos, discutible. Prácticamente ninguno de los cambios que ha realizado han tenido impacto positivo en nuestro juego. Y teniendo en cuenta que sólo uno de ellos ha sido obligado y que su cuota de responsabilidad es, lógicamente, mayor que la del resto, es fácil deducir que hoy no ha estado bien.
Es evidente que tal y como te he comentado antes mucha de la responsabilidad hay que ponerla también en los jugadores, pero aún en este escenario él también tiene su parte de culpa en que esto sea así. Sigo dándole el beneficio de la duda y sigo creyendo que tiene margen para que esto no se le vaya de madre. Pero tiene que poner de su parte, porque de lo contrario acabará fueran en menos de lo que canta un gallo.
En fin, te dejo ya en paz. Sólo un minuto más para recordarte que de momento marchamos quintos en la Liguilla de la Champions (con los mismos puntos que el segundo), que nuestro próximo rival en esta competición será el City en casa y que la próxima parada será el domingo a las 21:00 horas. Vuelve la Liga y volvemos a jugar fuera: esta vez será en Girona. Por aquí te lo contaré. Nos leemos.

Intentaré incluir a partir de ahora datos sobre la estadísticas del partido y de la competición concreta de la que se trate, espero que sea de tu interés. Aquí te dejo las del partido de hoy.
Jornada 5 – Olympiacos – Real Madrid
Categorías:Fútbol
