Fútbol

Champions League 2024-25 – Cuartos – vuelta – Arsenal – Santiago Bernabéu

Gol de Vini Jr.
Saka y Martinelli para el Arsenal

Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo. Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán nacionalizado estadounidense.

Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido una vez más a este minúsculo rincón de madridismo. Ya sabes aquello de que el que no se consuela es porque no quiere. Intentando aplicar este precepto voy a comenzar por lo básico: nada es para siempre, en algún momento teníamos que perder, el rival también juega, nos hemos dejado la piel (jajaja … según lo estoy escribiendo me estoy desgüevando vivo), fue bonito mientras duró, etc. etc. etc.

Puedo seguir sacando más tópicos, que hay listas que no se acaban nunca: nos ha faltado algo de suerte, si llegamos a meter un gol en la primera parte se hubieran venido abajo, el balón no ha querido entrar, fútbol es fútbol, ni antes éramos tan buenos ni ahora somos tan malos, esto es la grandeza del fútbol, hay que seguir trabajando porque la temporada aún no ha terminado, y más etc. etc. etc.

(www.realmadrid.com)

Si con esta retahíla de perogrulleces doy por saciada tu sed de querer quemarlo todo, consigo apaciguar un poco el cabrero que tienes ahora mismo encima y logro que no te vayas a la cama de mala leche; pues, nada, que descanses, procura tener un sueño reparador y ya verás como mañana ves las cosas de otra forma.

Si ni con esas he conseguido calmarte, enhorabuena, estás en el sitio adecuado. Sígueme, a ver qué podemos sacar en claro.

No es el qué, es el cómo

De todo lo que me molesta de Ancelotti, hay una cosa que sobresale por encima del resto y no es más que ese empeño suyo por pretender que el mundo deje de girar para que así encajen sus teorías; ese empecinamiento por querer llevar razón aunque la realidad, tozuda, te la quite un partido sí y otro también; ese sostenella y no enmendalla constante.

Carleto es el típico que cuando va tranquilamente en su coche y oye por la radio que hay un loco que va conduciendo en dirección contraria, suelta sin que se le mueva ni un músculo de la cara el típico «¿uno sólo conduciendo por dirección contraria? … cientos, hay cientos de ellos, madre mía«.

Sólo desde esa posición de superioridad, sólo desde una total y absoluta falta de humildad para aceptar sus errores e intentar corregirlos, se entiende que hoy OTRA VEZ hayamos salido a cazar leones sin una puñetera escopeta que llevarnos a la boca, nada más que enfrentarnos a ellos a tumba abierta en medio de la sabana y esperar que sea el propio león el que se rinda. Porque sí, porque tiene que rendirse, porque esto es el Bernabéu y bla, bla, bla.

(www.realmadrid.com)

Verás, déjame que te cuente una cosa: yo soy de los que cree, de los que se agarra a clavos no ya ardiendo, si no incluso al borde de la incandescencia. De los que cree en las noches mágicas, en la mística de las noches de Champions en el Bernabéu, del público tirando abajo las puertas del manicomio y del equipo entrando en trance y consiguiendo lo imposible. Por eso hoy hice un paréntesis en mis vacaciones, me cogí un AVE en Sants y me planté en el Bernabéu.

Pero incluso en esas noches, en esos momentos en los que pareces muerto y no se sabe cómo de repente te levantas con la energía de una manda de búfalos, hace falta una cosa fundamental: JUGAR AL FÚTBOL. A ver, si este juego consistiera en lanzar varias bolas de metal para intentar acercarse lo más posible a una pequeña bola de madera, lo llamaríamos petanca … pero es que se llama FÚTBOL, me cago en mi vida, no se llama pádel, ni bádminton, ni lucha grecorromana. Se llama FÚTBOL, coñio ya.

No recuerdo ninguna remontada que se haya consumado sin que los nuestros hayan puesto, aunque sólo fuera un poquito, algo de fútbol sobre la mesa. Para ganar un partido, para remontar una eliminatoria, no basta con desearlo y decir que lo vas a hacer. No es suficiente con publicar vídeos en redes sociales llenos de épica llamando a la movilización de los tuyos. Todo esto ayuda y es necesario, por supuesto, pero no es suficiente.

Y no lo es porque al final, insisto, se necesita hacer honor al nombre de este deporte. Y esta temporada, justo es reconocerlo, NO ESTAMOS JUGANDO UNA PUTA MIERDA. Nada de juego entre líneas, ni un pase filtrado, sólo confiando en que el rechace de un balón en largo acabe en los pies de alguno de los nuestros, o tirando centros sin ton ni son al área esperando que el mismísimo Santillana aparezca por allí para rematar alguno.

(www.realmadrid.com)

Mucha mística, mucha fe, mucho Dios es del Madrid, mucho creer hasta el final, mucho no rendirse nunca, mucha confianza y mucho convencimiento (que sí, que lo digo de verdad, que es necesario) pero MUY POQUITO FÚTBOL. Como diría mi buen amigo Toño (que seguro que si siguiera entre nosotros estaría ya con las antorchas encendidas camino de la parte alta de la Castellana), MUCHO LIRILI Y POCO LERELE.

Si el cien por cien de tu juego depende de la inspiración que cada día pueda tener alguno de los jugadores, pasa lo que nos sucede últimamente: que se te ven las costuras … y la verdad es que casi mejor que así sea, porque lo que no son costuras da también un poquito de vergüenza ajena, las cosas como son. Y no es una cuestión sólo de resultados o de arbitrajes (que también) es la inoperancia, la dejadez, la apatía, la indolencia, la vagancia, la ley del mínimo esfuerzo y la total y absoluta negación de la realidad.

Sólo desde la conciencia colectiva, desde el trabajo en equipo, desde el sentimiento de grupo, es posible que luego los talentos individuales de muestren en todo su esplendor. Pretender hacerlo al revés, querer vender que comenzar la casa por el tejado es la mejor forma de construir algo, aparentar que todo va bien simplemente porque sigues vivo en todas las competiciones (como si eso fuese un añadido en vez de tu obligación principal) es engañarse y, lo que es peor, engañarnos a todos.

Acabando

Pues aunque no te lo creas, no pienses que ya con esto me he quedado a gusto. Lo malo de ir acumulando tanto veneno dentro es que en cuando pinchas un poquito sobre la herida, éste sale a borbotones y es muy difícil cortar la hemorragia. Todavía me queda mucha bilis dentro y de alguna forma tendrá que salir. Y no, no me estoy bajando de ningún carro ni echado lejía sobre una herida abierta.

Simple y llanamente estoy exigiendo a los rectores actuales que actúen en consecuencia y que hagan lo posible para que esta dolorosa derrota (joder, es que ni siquiera hemos podido ganar el partido en casa, me cago en mi vida) y esta lacerante eliminación, sirvan para algo y sean el principio de otra forma de hacer las cosas.

(www.realmadrid.com)

Porque incluso los trajes de alta costura (que son muy bonitos y lucen muy bien, por supuesto) necesitan que los portadores lleven ropa interior cómoda. Porque de nada sirve tener un Ferrari si no le pones las ruedas adecuadas. Porque el tren de alta velocidad más moderno necesita que la catenaria tenga tensión.

Que sí, que vaaaale, que ya lo sé, que la temporada no ha acabado aún y que todavía tenemos oportunidad de conseguir algún título con el que engrosar nuestras vitrinas. Pero permíteme que eso, si acaso, ya empiece a tenerlo en cuenta a partir del sábado. Dame por lo menos 48 horas para gestionar este disgusto y poder volver con el ánimo algo más renovado.

No te quiero dar más la turra que bastante tendrás tú también con lo tuyo. A levantarse y a confiar en que el futuro nos traiga algo mejor, algo que estando el Real Madrid Club de Fútbol por medio, tampoco será raro que suceda. De momento, el domingo vuelve LaLiga con el partido contra el Athletic Club. Será a las 21:00 horas también en casa.

¿Volverá Ancelotti a intentar sacar resultados distintos haciendo de nuevo lo mismo? Aaaaaah, vaya usted a saber. Sea como fuere, por aquí te lo contaré. Nos leemos.

(www.realmadrid.com)

Categorías:Fútbol

Etiquetado como:,,