
Johnny e Isco (p) para el Betis
El hombre que pretende verlo todo con claridad antes de decidir nunca decide. Henry F. Amiel (1821-1881) Escritor suizo.
Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido una vez más a este pequeño rincón de madridismo. Puedes echarle la culpa a los arbitrajes, a los estados de forma de determinados jugadores, a las bajas tanto por lesión como por precaución, a las alineaciones de Ancelotti o al sursum corda. Todos tienen su parte alícuota de culpa en lo que nos pasa.

Podrás darle más valor a uno u otro, centrarte en esto o en aquello o incluso no darle importancia a ninguna de estas razones manteniendo que no pasa nada y confiando en que todo se arreglará por arte de magia; pero el hecho indiscutible es que estamos tirando la Liga como si nos fuera la vida en ello … la vida en tirarla, no en ganarla, claro.
Hoy hemos tenido otro episodio de esos que cabrean y mucho, de esos en los que la mala leche que se te pone te dispara los niveles de las transaminasas y hasta los de bilirrubina. Dicen que el que canta sus males espanta, a ver si consigo espantarlos, no cantando, que no te quiero hacer sufrir más, si no escribiendo.
Venga, vamos al lío. Lo de hoy se lo dedico a …
Carlo Ancelotti
No soy tan necio como para pensar que Ancelotti no tiene ni idea de fútbol. La tiene, por supuesto, y sobradamente demostrada a lo largo y ancho del planeta fútbol. La tenía como jugador y, lógicamente, la sigue teniendo como entrenador. Pero eso no evita que su labor actualmente sea, cuando menos, discutible.
Tampoco es que yo tenga muchos conocimientos futbolísticos como para venir aquí a hablarte de la presión arriba tras pérdida; del cuatro – cuatro – dos; del cuatro-dos-tres-uno; del juego por bandas; de pivotes defensivos o de la defensa de córners. Podría hablarte de todo ello (malamente, por supuesto), pero no es este mi objetivo hoy.
Una cosa que siempre se ha dicho de Ancelotti, y la mayoría de las veces con ánimo de desprestigiarle, es que es un excelente gestor de grupos, como si no supiera hacer nada más. Como si el simple hecho de saber llevar una plantilla tan llena de estrellas, fuese algo fácil y al alcance de cualquiera. Y como si eso fuese su única aportación al Club en particular y al fútbol en general.
Por el contrario, y desde mi humilde experiencia en la gestión de grupos de personas, yo creo que eso es tremendamente difícil y muy, muy complicado. Y más, insisto, cuando estás rodeados de estrellas que, además, normalmente ganan más que tú. Y cuando tienes que convencerles de que hacer las cosas de una forma u otra es lo mejor para ellos. Es trabajoso y tremendamente agotador.
Es, además, un trabajo muy ingrato porque ni aún en el caso de que lo consiguieras tendrías asegurados los éxitos. No, el secreto del éxito no consiste única y exclusivamente llevarse bien, tener buen rollito, dejarse comentarios graciosos en Instagram o celebrar juntos el cumpleaños de los niños. ¿Eso ayuda? Sí. ¿lo es todo? pues no, no lo es. Tiene que haber un respaldo técnico/táctico de cuerpo técnico y buenos jugadores detrás.

Convengamos entonces que el míster encarna a la perfección lo que se pide para ser entrenador del Real Madrid: control del vestuario, fomento del buen rollito, profundo conocimiento del juego y superioridad moral para ordenar y mandar (que, a veces, también es necesaria). En el equipo de basket hemos tenido un excelente ejemplo de esto que te digo en Pablo Laso.
Y eso es justo lo que le falta el femenino para terminar de arrancar. Creo que se me entiende lo que quiero decir. ¿Qué? ¿Dime? Ah, sí, ya voy al grano, ya me perdonarás pero me parecía interesante esta pequeña introducción.
El problema radica, en mi modesta e insignificante opinión, en que Carletto ha perdido de forma sorprendente esa llamémosle mano izquierda y, como consecuencia, el mando sobre el equipo. Y todo, dicho con la misma modestia e insignificancia por mi parte, por una razón fundamental: porque no es justo con los jugadores, lo que le lleva a no tener a todos correctamente enchufados.
Nos cansamos de decir que todos los jugadores son importantes, que hay minutos y partidos para todos porque la temporada es muy larga, que los títulos los ganan las plantillas en su totalidad y que la fuerza del colectivo es el pilar fundamental de todo equipo. Claro que sí, hombre.
Y entonces resulta que siempre confías en los mismos y que únicamente confías en el resto cuando las sanciones o las lesiones vienen a visitarte. Resulta que cuando recurres a alguien no habitual y éste te devuelve la confianza creces y demuestra que puedes seguir confiando en él en el equipo titular, el premio que obtiene es su vuelta al banquillo.

Resulta que eras capaz de exprimir a alguno hasta la extenuación y sólo cuando está al borde del colapso te planteas darle un poco de descanso … descanso obligado, claro, como todos los que concedes. Y no sólo eso, si no que pretendes que gente a los que como mucho les concedes algún minutillo en los minutos de la basura, sea luego el que tenga que salir a solucionarte la papeleta.
Pretendes que algún jugador al que eres capaz de dejar sin jugar un minuto durante cuatro o cinco partidos seguidos, tenga que ser el que te arregle el desaguisado. Y no sólo eso, tienes a algún jugador que partido tras partido te demuestra por activa y por pasiva que su tiempo en la élite ya pasó, y ahí le sigues poniendo, mientras que el Club se esfuerza en tener una cantera que sólo sirve para rellenar minutos en tu canal de televisión los sábados y domingos por la mañana.
Acabando
Me dicen por el pinganillo que igual estoy siendo injusto con Ancelotti. Pues ojalá que sea yo el equivocado y que terminemos ganando algún título con un gol de Endrick, tras una jugada iniciada atrás por Asencio y continuada por Arda Güler, que es el que da el pase definitivo al brasiniño.

Que no se me olvide volver a hacer hincapié en algo que temporada tras temporada se demuestra como algo que somos incapaces de solucionar: la falta de sangre, la falta de instinto asesino, en definitiva, la falta de ganas para terminar de hundir al contrario cuando se encuentra en la lona. De verdad que parece como si nos diera vergüenza hacerlo.
Hoy ha vuelto a pasar: después de un muy buen comienzo coronado con el gol de Brahim, hemos dado el partido por finiquitado ¡¡¡en el minuto 10!!! en vez de ir a por el segundo. Nos hemos puesto a verlas venir y a contemporizar, hemos dejado que el Betis se levantara y, como no podía ser de otra forma, hemos terminado pagándolo caro.
En fin, sea como fuere, esto es lo que hay y con ello tenemos que ir hasta el final y si algo ha demostrado este equipo, esta plantilla y este entrenador es que se puede confiar en ellos y que hacerlo no es ningún acto de fe, es más bien un acto de justicia.
En apenas tres días tendremos una ocasión pintiparada para resarcirnos de esta derrota y volver a la senda que nunca debimos abandonar: la de la victoria. El martes llega el partido de ida de octavos de la Champions. Nos visitará el Atlético de Madrid a las 21:00 horas y no se me ocurre mejor rival ni mejor competición para motivar a los nuestros. Vamos a ello. Por aquí te lo contaré. Nos leemos.

PD: parece que la suplencia de Asencio se justifica por el malestar psicológico ante lo que está viviendo (que digo yo que será un malestar mucho menor que el de la verdadera víctima). Así por lo menos lo dejó caer Ancelotti después del partido de Copa. A ver, por mi parte y entendiendo que el problema es gordo y difícil de lidiar, creo que si algo ha demostrado el canterano es carácter, temperamento y personalidad.
Si no lo ha tumbado el peso de la camiseta del Real Madrid no lo van a hacer los insultos desde las gradas rivales. Creo que se ha ganado el derecho a que se siga confiando en él y en sus prestaciones … más que nada porque ya ha demostrado que está varios escalones por encima de la mayoría de sus compañeros de zaga. No ponerle es una negligencia grave por parte de Carlo.
Y nada más por hoy. Te dejo con el resumen del partido.
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