No me importa caminar. No hay distancias cuando se tiene un motivo. Jane Austen (1775-1817) Escritora británica.

Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido una vez más a este pequeño rincón de madridismo. Supongo que algún día, en algún momento, en algún sitio y ante un rival de postín, porque si no, no tendrá gracia, nos quitaremos el traje de novatas y de, por qué no decirlo, de pardillas. Saldremos al campo concentradas desde el segundo 1 y no desde el minuto 5.

Tendremos ganas de llevar la batuta de forma inmediata y no de esperar a que otras comiencen dirigiendo la orquesta. Apareceremos por el túnel de vestuarios chillando y dando ánimos. No tendremos esa cara de cordero degollao que camina triste hasta su destino final y miraremos cara a cara a las rivales haciéndoles ver que esta vez no, esta vez no les vamos a dejar respirar ni un minuto.

Quizá entonces no nos encontraremos con un gol en contra en el minuto dos o con otro más a los ocho minutos de la reanudación. Quizá entonces seamos nosotras las que golpeemos primero. Quizá entonces seamos las que dirijamos la orquesta. Y quizá entonces podamos decir hola, qué tal, somos el Real Madrid y esto es la Champions League.

Vale, ahora que me he desahogado un poco vamos con la parte positiva, que también la ha habido. Lo que pasa es que me enerva ver como nuestro mejor partido en Champions se queda en nada por tres despistes fácilmente evitables.

Porque hoy, efectivamente, y obviando ambos comienzos de cada parte y el despiste defensivo en el penalti que acabó convirtiéndose en el segundo del Chelsea (sí, ya lo sé, mucho obviar es eso, pero es lo que hay); sinceramente creo que hemos realizado nuestro mejor partido en mucho tiempo.

Creo que hemos movido la pelota con criterio, utilizando el pelotazo en largo como arma y no como el típico «allá te la envío, apáñatelas como puedas» tan corriente la temporada pasada. Siempre intentando jugar la pelota y poniendo pies en polvorosa hacia la portería rival en cuanto podíamos.

Posiblemente hayamos pecado, además de la tradicional (mala) puntería de este año, de no jugar más con Weir porque hemos ignorado sus desmarques pidiendo el balón demasiadas veces. También he echado en falta algo más de participación de Leupolz, aunque ha ido mejorando según avanzaba el partido.

Para terminar, dos reflexiones: seguimos fallando en la defensa de los centros laterales, ya sean córners, faltas en contra o simple jugadas que terminan con centro desde la banda. No es de ahora, lo llevamos arrastrando desde temporadas anteriores, y es esto lo que preocupa de verdad, porque seguir fallando en lo mismo con distintas jugadoras lo que denota es que esta parte o bien no se entrena o es que no se entrena bien.

Y la segunda, más positiva, es que hemos ganado en carácter. A pesar de los goles en contra no nos hemos venido abajo, el equipo se ha repuesto después de cada golpe, ha competido bien e, insisto, no ha puntuado porque los errores han penalizado mucho. No obstante, este es el camino que hay que seguir … obviando los comienzos, etc. etc. etc.

Ahora a confirmar las buenas sensaciones y a corregir las malas. La siguiente oportunidad para hacerlo será el domingo en casa en el partido de Liga F contra el Atlético de Madrid. Será a las 20:00 horas y como siempre por aquí te lo contaré. Nos leemos.

Se me olvidaba una cosa … Olga NO es defensa. De nada.