Fútbol

Champions League 2024-25 – Fase Liga – Jornada 1 – Stuttgart – Santiago Bernabéu

Goles de Mbappé, Rüdiger y Endrick.
Undav para el Stuttgart

El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un precipicio. Stendhal (1783-1842) Escritor francés.

Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido una vez más a este pequeño rincón de madridismo. Pues ya está aquí la renovada Champions, con su liguilla, su cambio de formato, sus 18 partidos semanales, sus alemanes en la grada gritando más alto que la megafonía del estadio (hoy extraña y exageradamente a un volumen muy bajo, la megafonía, digo, no los alemanes) y también, claro, con su emoción.

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Y nuestro equipo pues como últimamente: con sus comienzos horrorosos en los que sufre como un condenado, su recuperación milagrosa, su golito de Mbappé, su segundo tramo de sufrimiento y su, normalmente, final feliz. A ver, como táctica predeterminada, no sé, le veo sus carencias y sus muchos peligros, pero, en fin, doctores tiene la Iglesia y el cuerpo técnico.

Dicho lo cual, hoy me gustaría hablarte de la delgada línea que separa el éxito del fracaso, algo que por aquí conocemos muy bien, pero que no deja de tener su altísimo riesgo. Venga, vamos al lío, lo he titulado …

Vivir en el precipicio

En su magnífica «Match point» Woody Allen nos muestra al comienzo una imagen en cámara lenta de una pelota de tenis que rebota en la red y se eleva. La acción se congela allí, con la pelota en el aire, mientras una voz en off plantea que cambiará el resultado del partido, tratándose de un punto decisivo, según el lado para que caiga, tras el rebote.

Es como lanzar una moneda al aire, nunca sabes de que lado va a caer … o sí. Durante el partido de hoy hemos tenido muchas situaciones en las que hemos lanzado la moneda con la esperanza de que cayera del lado que más nos gusta … y la verdad es que en todas las ocasiones ha sido así como ha acabado la cosa. Veamos algunos ejemplos.

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Para el primero nos fijamos en Thibaut Courtois. Hoy ha vuelto a cuajar una actuación soberbia que ha terminado por desquiciar a los rivales. Yo me imagino con el balón delante de él y lo primero que vendría a la cabeza es pensar ¿y ahora qué hago? ¿por dónde se la cuelo a este tío? Y mientras lo pienso durante unos segundos que se hacen interminables, la jugada acaba sin gol y con la grada rugiendo y respirando aliviada a partes iguales.

Está claro que puestos a elegir preferiría que el bueno del belga no tuviera que verse en esas situaciones, o que, por lo menos, no tuviera que verse en esas situaciones en tantas ocasiones durante cada partido. Que nuestra defensa fuese más expeditiva y mostrará algo más de seguridad, no vaya a ser que en una de estas salga cruz. Dicho lo cual, bien por Courtois, claro.

Tenemos otro ejemplo en el primer gol de los nuestros. Una jugada que nace en Carvajal, que sigue por Tchouaméni, que sigue con el balón en los pies de Rodrygo y que termina con Mbappé metiendo otro gol en la saca. Es una jugada simple que sigue uno de los mandamientos principales del Ancelottismo: que la pelota llegue rápida y en buenas condiciones a los tres de arriba. Ya ellos harán el resto.

Pero, sea como fuere, en este caso ha sido necesaria la colaboración desinteresada de un defensa alemán. Durante esas décimas de segundo que pasan desde que el francés pone el centro hasta que la pelota le llega al brasileño, podía haber pasado cualquier cosa. Y lo que pasó es que el defensa falló. ¿Resta esto mérito a la jugada? Pues no, la verdad. Aunque no sé si pensaría lo mismo si la jugada hubiera sido al revés.

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El último ejemplo tiene de protagonista a Endrick. Coge una pelota en el centro del campo, tira hacia adelante, lleva a su derecha a Vini y a su izquierda a Kylian. Entre ellos 3 y el portero, sólo 2 defensas. Y va el brasibebé y como unos 400 ó 500 metros antes de llegar siquiera al borde del área grande, va y lanza un zapatazo a portería ante el asombro general.

Y en ese segundo que dura el trayecto del balón hacia la portería, en ese segundo en que la pelota de tenis puede caer a un lado o hacia otro, en esa pequeña fracción de tiempo en la que la moneda baja dando vueltas hasta llegar al suelo … el balón acaba en el fondo de la red. Y todos los que estaban preparados para darle collejas hasta en el pasaporte, terminan aplaudiendo y alabando al nuevo talento que nos ha llegado desde Brasil.

Nota al margen: está claro que Endrick ha caído de pie en el Bernabéu. El chaval tiene todo lo que gusta en la grada: juventud, desparpajo, calidad y un cañón en su pierna izquierda. Está derribando la puerta a base de zambombazos y no sería de extrañar que más pronto que tarde acabe saliendo de titular en algún partido. Sin duda, se lo está mereciendo.

En resumen: ¿podríamos llamar a esto suerte? Pues posiblemente … pero no la suerte que tú te crees. Es la suerte de tener en tus filas a Courtois, Mbappé, Endrick, Vini, Jude o Rüdiger, por citar sólo a algunos. Es la suerte de que todos coincidan en el tiempo en nuestro equipo. En definitiva, no es el jardín, querido amigo, son los jardineros. Y el encargado de la cuadrilla, claro.

Acabando

Dicho lo cual permíteme insistir en una cosa: esto de dejar que el rival te domine y tenga las mejores ocasiones del partido y de paso encomendarse a San Courtois con la misma devoción con la que muchos acuden a las procesiones de Semana Santa, tiene su aquél. Ese desquiciar al rival dejándole creer que te va a ganar fácil. A ese, en definitiva, salir a verlas venir yo la verdad es que como táctica, le veo muchas lagunas.

Ya sabes que no suelo ser muy amigo de las estadísticas, o, por lo menos, no me gusta darles el valor de verdad absoluta. Pero hay un dato que refleja parte de lo que estoy diciendo y que, además, deja bien a las claras que el equipo suele ir de menos a más: en los partidos que llevamos esta temporada hemos marcado 1 gol en la primera parte por otro de los rivales … pero en las segundas partes hemos marcado 13 goles por 2 de los rivales.

No deja de ser un simple dato, pero es un dato muy interesante. Ahí te lo dejo para que le des una pensada.

La siguiente parada será el próximo sábado. Vuelve La Liga con el partido de la sexta jornada que nos enfrentará en casa al RCD Espanyol. A ver si por una vez dejamos el partido sentenciado al descanso y podemos dedicarnos a sestear en la segunda parte, aunque sólo sea por probar cosas nuevas. Por aquí te lo contaré. Nos leemos.

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Aquí te dejo el resumen del partido.

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