
Las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho. Jean Jacques Rousseau (1712-1778) Filósofo francés.
Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido una temporada más a este minúsculo rincón de madridismo. Con permiso de la autoridad y si el tiempo y el cansancio no lo impiden, será la séptima temporada que intentaré hacerte partícipe de mi pasión madridista, de los partidos de nuestros equipos, con sus luces y sus sombras, sus alegrías y sus tristezas (que las habrá, claro, avisado quedas), con sus dudas y sus certezas, echando de menos a los que se han ido, disfrutando con los que se quedan e ilusionándonos con los que llegan y, sobre todo, esperanzado con la consecución de nuevos títulos. Ya sabes: historia que tú hiciste, historia por hacer. De verdad, muchas gracias por estar ahí, que somos pocos pero bien avenidos.

Hoy tocaba Supercopa de Europa, uno de esos títulos que parecen menores pero que únicamente puedes disputar si la temporada anterior has hecho las cosas bien, que, en modo Real Madrid, se mide, entre otras cosas, por haber ganado la Champions. Y la verdad es que podemos decir bien alto que hemos empezado esta temporada igual que acabamos la pasada, es decir, ganando, y ganando bien, de manera justa y merecida.
En fin, como te suelo decir, vamos al lío que tengo varias cosas que contarte. Empecemos por …
El partido
No ha diferido mucho de lo viene haciendo el equipo desde hace ya un tiempo y más si hablamos de finales. Comienzo tranquilo, sin prisa, dejando que la cosa vaya madurando, intentando imponer nuestro ritmo y, por supuesto, con algún sustillo, claro, si no esto no sería el Real Madrid.
De todas formas, creo que la primera parte no dejó de ser algo rara. De repente y sin saber por qué nos olvidamos de que teníamos centrocampistas y optamos por que la pelota fuera directamente desde Courtois hasta nuestros delanteros sin pasar por ningún sitio intermedio. Que puedo entenderlo como alternativa cuando el rival te presiona muy arriba, pero no como solución habitual y casi única para crear algo de peligro. Con eso y con todo, tuvimos la última oportunidad con un tiro al larguero de Rodrygo tras asistencia de Vini que bien podía haber significado el primer gol. En fin, descanso, empate a cero y a por la segunda parte.
El segundo tiempo ya fue otra cosa, con un equipo más reconocible, apretando en los duelos directos (muy bien Carvajal y Militao en ese aspecto del juego), construyendo el juego desde la defensa y descartando, por tanto, que Courtois acabara ejerciendo de David Beckham; moviendo la pelota con rapidez y con Vini, Mbappé y Rodrygo moviéndose libremente por todo el frente de ataque.

Y todo ello con Jude Bellingham al mando, volviendo a ejercer la profesión de todocampista que tan buenos frutos le dio en sus tiempos del Dortmund: fajándose en defensa, apoyando y dando salida al balón, pausando si era menester, acelerando cuando correspondía (hasta aquí un Toni Kroos cualquiera) pero añadiendo llegadas constantes al ataque y creando peligro en cada una de ellas. Si el Bellingham de la temporada pasada ya nos pareció una maravilla … ojo a lo que se viene en ésta.
Eso sí, para no perder la costumbre fue necesario que apareciera de nuevo Courtois evitando con un paradón antológico el gol de los italianos. Es lo que pasa cuando tienes al mejor portero del mundo en tus filas: el rival tiene que sudar tinta de calamar y triturar piedras con los dientes para poder hacerte un gol y eso, lógicamente, el equipo lo agradece.

Llegaron dos goles, el primero tras jugadón de Vini que culminó Fede Valverde y el segundo tras una excepcional jugada coral de nuestros delanteros que incluyó un robo de Rodrygo, la jugada de Vini, la asistencia de Jude y el remate final de Kylian que hacía su primer gol como madridista. Ni tan mal, Mbappé, ni tal mal. Con lo de hoy has reducido en un 0,42% tu deuda para que terminemos perdonándote por la tardanza en venir al lado correcto de la historia.
De ahí hasta el final más oportunidades de los nuestros, cambios para aliviar el cansancio y rotar aunque fuese sólo un poquito y mucha alegría y buen rollo por todos lados. Otro título más que viaja a la Sala de Trofeos más maravillosa del mundo y un motivo más para seguir confiando en este equipo, este cuerpo técnico y estos jugadores.
Impaciencia
Sí, como lo lees: aquí hay sitio para todo. El comienzo del partido, la tranquilidad con la que el equipo lo afrontó y, por qué no decirlo, la lentitud con la que se iban desarrollando los acontecimientos, lejos de desesperarte (más que nada porque ya conoces el percal) pues te va permitiendo dedicarte también a otras labores como, por ejemplo, darte una vueltecita por twitter (lo siento, me niego a llamarlo como las películas de sesión continua que iba a ver con el Chino en el cine que había en el subterráneo de la plaza de los Cubos) o alimentar comentarios en whatsapp.
Esto te permite ver cómo de impaciente se vuelve la gente en cuanto ve que han pasado 15 minutos y no vamos ganando seis a cero. Por ejemplo, en twitter era tendencia Toni Kroos, con gente llorando por las esquinas debido a lo mucho que le echaban (y le echamos, claro) de menos … nos ha jodido mayo con las flores y agosto con el calor. Estamos hablando de uno de los mejores centrocampistas de la historia mientras jugamos el primer partido sin él. Normal que se le eche de menos, lo anormal sería lo contrario.

En mi grupo favorito de whatsapp la tendencia en la primera parte era meterse con Jude: se preguntaba si estaba en el campo, se aseguraba que no estaba bien recuperado, que si debía haber pasado por el quirófano, que si patatín, que si patatán. El siguiente objeto de las críticas era el equipo en sí: que si están lentos, que el rival nos está comiendo la tostada y que aún no están en forma (perdona, primo, pero estamos en agosto … ¿exactamente, qué esperabas?).
Luego la cosa pasó a Tchouaméni: numerosos calificativos que acababan en «ao», ninguno cariñoso, claro, y que desembocaban en pedir su sustitución inmediata (algún cachondo incluso sugirió mandar a los Mossos a detenerle). No deja de tener su gracia que todavía haya que seguir insistiendo en que se trata de un magnífico jugador del que no tengo ninguna duda que terminará explotando en un muy breve espacio de tiempo y convirtiéndose en imprescindible para el equipo, si es que no lo es ya. Tiempo al tiempo.
Certezas
También hay hueco para esto, ya ves, hoy estoy saleroso. La primera es que Bellingham nos va a dar esta temporada aún más alegrías, principalmente porque va a jugar en el sitio que más le gusta y en el que más y mejor puede explotar sus cualidades. Es la posición en la que jugaba en el Dortmund y en la que juega en la selección inglesa y se nota que él se encuentra a gusto. Cambio de rol, pero no de prestaciones, que siguen siendo máximas.
La segunda es que Vinicius es un jugador de otro planeta, que sí o sí se va a llevar el próximo Balón de Oro y que definitivamente hay que nombrarle oficialmente «Mister Finales»: ha participado directamente en once goles de las once finales que lleva jugadas, ya sea siendo él directamente el goleador o facilitando el gol con una asistencia (dato obtenido en twitter, cuenta @OptaJose). Súmale la sensación de peligro constante que se crea cada vez que tiene la pelota en su poder y el miedo cercano al pavor que infunde sobre la defensa rival y tendrás al mejor jugador del mundo en estos momentos.

La tercera y última certeza es que ha merecido la pena la espera por Mbappé porque además de su calidad individual, su velocidad, sus desmarques y extraordinario sentido del juego, aporta algo que echábamos mucho en falta desde la partida de Cristiano Ronaldo: el gol. Esto es algo que se tiene o no se tiene y el francés tiene una mina repleta en sus botas. Punto para Florentino (otro más) por haber, a pesar de todo, insistido en su contratación.
Acabando
Que es gerundio. Otro título más que se viene para Madrid y, aún mejor, la sensación de que esto no ha hecho más que empezar (sí, ya lo sé, ninguna crónica sin su perogrullada … nuevos tiempos, viejas manías, ya sabes). Además de los ya destacados antes, hago referencia expresa al muy buen partido de Tibu, Fede, Dani y Eder. Ni tan mal para ser el primer partido serio de la temporada.
Y desde ya preparado para el comienzo de La Liga. Será el próximo domingo a las 21:30 horas en Son Moix contra el Mallorca. Primer partido de una Liga que, negreirismo aparte, se presenta apasionante. Como en las seis temporadas anteriores, intentaré contarte todo por aquí, trasladándote mis impresiones e intentando que pases un rato divertido y agradable. Nos leemos.

Se me olvidaba una cosa. Voy a intentar dejarte por aquí siempre que sea posible un resumen del partido. Aquí te dejo el de hoy.
Categorías:Fútbol
