Nuestra mayor gloria no está en no haber caído nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos. Oliver Goldsmith (1728-1774) Escritor británico.

Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido una vez más a este minúsculo rincón de madridismo. Como hace mucho tiempo que no visito a mi buen amigo Perogrullo qué mejor momento que este para hacerlo: unas veces se gana y otras se pierde, y hoy, ha tocado perder. Habrá quién lo achaque a la mala suerte, al cansancio, a la desventaja de no jugar en tu casa, a errores puntuales (en los que aprovecho ya para cagarme convenientemente) o bien al tan manido «fútbol es fútbol».

Sea como fuere, la verdad inmutable es que nos hemos quedado fuera de la carrera por otro título más. No seré yo el que le quite importancia a la Copa ni el que busque males menores del tipo «así nos podremos centrar en Liga y Champions». Jode perder, siempre y ante cualquier rival. Ergo esta noche estaré jodido. Otra cosa es que se me pase antes o después, que seguro será pronto.

En fin, vamos al lío que hay mucho que contar (lo de «mucho» es para que piques y sigas leyendo porque malditas sean las ganas que tengo de ponerme a teclear).

Planteamiento

Me gustaría decirte sin que sonara ventajista que no acabó de gustarme la alineación. Y la razón principal era la presencia de Modric. Mira que lo quiero y le respeto, pero hay que reconocer que el croata ya no está para estos partidos. Por lo menos, no para jugar de inicio. Y mucho menos para tirarle a una banda y pedirle que defienda.

Tampoco me gustó la presencia de Modric en tanto y en cuanto en el libreto de Ancelotti eso supone que no juegue Kroos. Posiblemente lo que tocaba hoy es que no jugara ninguno de inicio. Se sabía que el partido iba a ser muy físico, como así se demostró, y que, a lo mejor, lo suyo es que hubiésemos salido con el centro del campo del futuro: Camavinga, Fede, Tchouameni y Jude Bellingham (Por cierto, qué pedazo de futbolista el inglés. Uno de los mejores fichajes de la historia)

En todo caso, ya sabes que hace tiempo que decidí no discutir las decisiones de Carletto. Él es el que sabe de esto así que toma estos comentarios como una simple opinión sin más pretensión que llenar algo de hueco.

Nudo

Con eso y con todo, nuestra puesta en escena no fue estuvo del todo mal. Conseguimos no encajar un gol en los primeros minutos, algo que no recordaban ni los más viejos del lugar. Esto per se ya era un triunfo. Teníamos el control del partido y más o menos lo manejábamos con soltura. Tuvimos la mejor ocasión en un tiro de Jude después de una gran jugada personal que terminó estampándose contra el larguero.

Se jugaba a un ritmo muy alto por parte de ambos equipos (esto fue una constante a lo largo de todo el partido). El árbitro permitía mucho contacto pero no porque su intención fuese dar agilidad y continuidad al juego, sino porque es más malo que la carne del pescuezo. Un árbitro que quiere dejar jugar es aquél que sabe distinguir el juego fuerte del juego subterráneo. Y este, lamentablemente, no sabe distinguir un chuletón de buey de una rodaja de merluza.

Tuvimos otra oportunidad en las botas de Rodrygo antes de que llegara el primer gol rojiblanco. Mi poli de cabecera dice que no, pero yo estoy convencido de que Lunin estuvo muy lento en la reacción lo que le permitió a Lino llegar antes y llevar al balón al fondo de la red. El área pequeña es territorio del portero y ahí tiene que hacerse respetar. Es que por no hacer ni siquiera llegó a estirar el pie izquierdo un poquito.

Va de porteros

Cuando te estás jugando todo en 90/120 minutos no se pueden tener errores tan graves y groseros. Hay veces que el equipo consigue recuperarse y minimizar esos errores, tuvimos un buen ejemplo en la semifinal de la Supercopa. Pero, lógicamente, hay otras veces que no. En partidos como el de hoy en los que te cuesta un mundo generar oportunidades, te cuesta también un mundo levantar y subsanar cualquier error.

No voy a hablar del fallo de Oblak en nuestro primer gol (cada uno que se ocupe y se preocupe de lo suyo) pero sí del segundo gol del Atleti. Mal aquí Lunin, otra vez lento y, lo que es peor, miedoso en el territorio en el que debe ser el amo y señor. Y mal también Rüdiger por no haberle pegado un patadón al balón y haberlo enviado a la M50.

No hay debate en quién debe ser titular en la portería, por lo menos, no por mi parte. Y el motivo es bien sencillo: los dos me dan la misma (poca) confianza. No veo que ninguno sea netamente superior al otro. Sólo sé que ninguno es Courtois y que, por tanto, esté quién esté en la portería nos tocará sufrir. Lo que tiene que hacer Carlo es jugársela y apostar definitivamente por uno de los dos … y que salga el sol por Antequera.

Desenlace

Con eso y con todo, conseguimos empatar (al césar lo que es del césar: gran mérito de Lunin en la jugada previa al segundo gol de los nuestros) y llegar a la prórroga. Por el camino, otro chut al larguero, esta vez por parte de Rodrygo, dominio alterno y poca profundidad. La salida de Brahim nos dio algo más de dinamismo pero seguimos adoleciendo de la falta de llegada.

Mucho se suele hablar de la lotería de los penaltis pero sinceramente creo que la auténtica lotería se juega durante la prórroga. Porque en estos 30 minutos no sabes cómo va a responder el equipo, cuál de los dos va a estar más cansado, quién va a tener aún las piernas frescas y cual va a hacer un gol y te va a dejar sin tiempo de reacción.

Posiblemente el Atleti haya llegado a esta fase un poco mejor que nosotros o, por lo menos, con las ideas más claras de lo que tenían que hacer. Además, se han encontrado con un gol (un golazo en su ejecución, las cosas como son) que también vino precedido de otra cagada, esta vez de Vini. La frase «zapatero a tus zapatos» creo que pega aquí con la actuación en esta jugada del brasiniño.

De ahí hasta el final el equipo se volcó pero estaba claro que la suerte estaba ya echada. Un gol anulado a Ceballos por fuera de juego previo de Jude (es lo que tiene salir a jugar sin haberse cortado las uñas de los pies) fue la oportunidad más clara que tuvimos. Luego ya con el equipo volcado era cuestión de tiempo que el Atleti tuviera una ocasión y la aprovechara, como así fue.

Acabando

Resumiendo: se ha intentado, no creo que nadie pueda quejarse de lo contrario, pero los fallos atrás han terminado por condenarnos. Es posible también que nos haya faltado algo de fuelle en la prórroga, fase a la que hay que reconocer que el Atleti llegó mucho mejor que nosotros.

Por tanto no creo que haya que darle más vueltas (no más de las que voy a dar en la cama esta noche, quiero decir). Este año no toca irse de copas. Se pide la cuenta, se paga lo que deba y nos vamos con al cabeza bien alta a ver si tenemos más suerte en otras fiestas.

Y una última reflexión para mis amigos madridistas: que sí, que esta noche nos vamos cabreados a la cama. Y que mañana habrá que aguantar alguna coña en el trabajo y con los colegas (lógico, normal y asumible). Pero ya está. Si hay algo que nos define es que después de cada victoria o cada derrota pensamos ya en el próximo partido y en el siguiente reto. Ni nos rendimos ni nos resignamos. El domingo a las 16:15 vuelve la Liga al Bernabéu, visita del Almería mediante. Por aquí te lo contaré. Nos leemos.