
A veces, cuesta mucho más eliminar un sólo defecto que adquirir cien virtudes. Jean de la Bruyere (1645-1696) Escritor francés.
Hola, qué tal, cómo estás. Bienvenido una vez más a este minúsculo rincón de madridismo. Soy de aquellos que suele hacer la compra en el supermercado. Ya sabes: carne, pescado, embutidos, aceite, productos de limpieza, etc. etc. etc. Hoy nuestros jugadores se han pasado ¿o debería decir paseado? también por el súper pero en su caso para simple y llanamente comprar algo de tiempo.

Tiempo para poder decir que seguimos en la lucha, tiempo para declarar solemnemente que intentaremos mejorar en todos los aspectos del juego, tiempo para para limpiar cuerpo y alma y, en definitiva, tiempo para no tener que haber salido hoy por patas del estadio. Como suele suceder en estos casos el problema no es cuánto tiempo has comprado, la cuestión es saber en qué lo vas a emplear y si el resultado será o no provechoso.
En fin, vamos al lío a ver qué te puedo contar hoy. Ya te adelanto que es posible que no me de la noche para ordenar todos mis pensamientos y que, por tanto, esta humilde crónica posiblemente no deje de ser un listado algo inconexo de ideas que me van brotando según escribo. Seguro que sabrás disculparme.
La vida sigue igual
Estamos consiguiendo algo que es muy difícil y que básicamente consiste en hacer las cosas hoy peor que ayer y, por lo que se intuye, parece que mucho mejor que mañana. Esto, a mí no me engañan, tiene toda la pinta de ser la consecuencia del típico comentario de «no hay güevos» y su correspondiente respuesta en forma de «sujétame el cubata».
El esplendor máximo de esta forma de no hacer nada se ha producido durante los primeros quince-veinte minutos de partido. Es materialmente imposible hacer tantas cosas mal en tan poco tiempo … aunque esta afirmación queda a expensas, lógicamente, de su correspondiente verificación en el siguiente encuentro que disputemos, porque todo es susceptible de empeorar.
Si este partido en vez de jugarse un sábado por la noche se hubiera jugado entre semana, es decir, con un rival Champions (uno normalito y medio decente, tampoco hay que irse más allá) en el primer cuarto de hora nos habríamos encontrado con un mínimo de dos o tres goles en contra … y con el añadido de que aún en esta circunstancia el bueno de Thibaut seguiría siendo el héroe.
Por suerte este Sevilla que es capaz de hacerlo fácil y muy bien en ataque hasta llegar a tres cuartos de cancha (me ha gustado especialmente Juanlu y también Alexis e Isaac), por contra parece incapaz de hacerle un gol al arco iris. Y hoy en día no tener gol es como tener el GPS roto: posiblemente empezará navegando bien, pero lo normal es que termine llevándote al destino equivocado.
Pero sigamos con los nuestros. Hoy, por ejemplo, hemos vuelto a representar el ya conocido sainete (RAE, acepción tercera, de nada) titulado «Defensa por aproximación» que, como ya he comentado varias veces, se basa en que nuestros defensores se limitan a estar cerca del atacante rival esperando que sea éste el que termine echando al traste la jugada y con la tranquilidad de que caso que así no sea, será Courtois el que lo arregle.

Nada de estar encima del rival, de encimarle un poco, de intentar adelantarse para robar el balón, de evitar que controle la pelota y dejar que se dedique tranquilamente a otear el horizonte para decidir qué hacer, ya sea un regate, un pase a un compañero o un disparo a puerta. Sea lo que sea que decida hacer contará con el beneplácito de su par. Hay que trabar bien a las visitas, ya sabes.
Hoy, además, hemos contado con el añadido de que hemos tenido en el lateral derecho a Asencio (que es un central correcto pero un lateral infame); a Fran García en el izquierdo (mira que el chaval le pone ganas, pero es que no da para más); al peor Rüdiger que recuerdo en el centro de la defensa (el alemán simple y llanamente no está para ya para casi nada, y empeñarse en ponerle no hace más que dejarle cada vez un poco más en evidencia) y con Huijsen a su lado.
Lo de Dean merece capítulo aparte porque representa como nadie el bajón que la plantilla y, por ende, el equipo ha dado desde el comienzo de la Liga. De ser un central que suplía su aparente blandez (permíteme el palabro, gracias) con una excelente colocación y una gran rapidez de reacción, además de un muy buen manejo de balón lo que nos ayuda y mucho en la construcción del juego; ha pasado a ser una calamidad incapaz siquiera de ganar una carrera al delantero rival ni aún partiendo con ventaja en la misma.
Si la cosa atrás ha sido de tener un desfibrilador a mano cada vez que el Sevilla se acercaba a las inmediaciones del área, en el resto del campo la cosa no ha sido mucho mejor. Incapaces de hilar tres pases seguidos y eso que era fácil distinguir a tu compañero (recordatorio: el que iba de blanco). Cero movimiento, cero desmarque y cero desborde.
Curiosamente el menos malo hoy ha sido Rodrygo. Con la misma convicción con la que te decía que estaba siendo justamente señalado por su bajo rendimiento, ahora tengo que decirte que hoy ha sido el único que por lo menos lo ha intentado. Ya sabes aquello de que en el país de los ciegos el tuerto suele ser el Rey.
Eso sí, me sigue pareciendo bastante ridículo que en época VAR siga habiendo quien como el brasileño se crean que tirándose como ha hecho puede engañar al árbitro para que te señale un penalti … y mucho menos sin que haya por medio algún pago por conseguir neutralidad, tú ya me entiendes. Esa acción le ha costado una amarilla … que no ha acabado en roja unos minutos después porque el nivel arbitral esta España nuestra es, con VAR y sin VAR, un auténtico desastre.

Por lo demás, la vida sigue igual, es decir, con Courtois salvando otra vez los muebles y con Jude poniendo más voluntad que acierto (excepción hecha del gol, claro). Además Mbappé ha igualado el récord de goles en un año natural de Cristiano Ronaldo lo que le ha servido para no irse al vestuario antes de tiempo … porque el partidito del francés también ha sido hoy de traca.
Y ya que me preguntas por los silbidos a Vini, pues qué quieres que te diga, que es la forma que tenemos de protestar cuando no das una a derechas. Toda paciencia tiene un límite y Vini está poniendo a prueba peligrosamente la nuestra. Más le vale que espabile y se ponga a hacer lo que mejor sabe, no vaya a ser que termine teniendo en contra a los que siempre le hemos defendido.
Últimamente sus partidos me están recordando a este famoso eslogan de la Agencia Tributaria de hace muchos años que hacía referencia a que contribuir daba derecho a exigir. Pues eso, creo que no hace falta decir nada más al respecto. En fin, vamos …
Acabando
Y no se me ocurre mejor manera que hacerlo hablando del míster. Cada partido que pasa es también una decepción más que me provoca. Y la problemática que esto me ocasiona es doble: primero porque no veo que esto tenga visos de mejorar y segundo porque tampoco veo que echarle sea la solución. Sí, ya lo sé, estoy como un cencerro … es lo que hay, amigo.
Por suerte vienen ahora unos días de descanso (sobre todo para los aficionados y los juntaletras como yo) que espero que sean provechosos. De hecho no volveremos a saltar al césped hasta el año que viene, momento en que nos visitará el Betis. Será el domingo día 4 a las 16:15 horas y, como siempre, por aquí te lo contaré.
Sólo me queda desearte que pases unas felices fiestas, una feliz Navidad y una aún mejor salida y entrada de año. Descansa en la medida que puedas, desconecta todo lo que el día a día te permita y disfruta en compañía de los que quieres y te quieren. Nos leemos.

Te dejo con el resumen del partido.
Categorías:Fútbol
